Editorial

El agua es vida

El agua es vida

Por la prolongada sequía, los volúmenes de agua en los embalses de las diferentes presas están en su nivel más crítico de los últimos 15 años, lo que obliga a las autoridades a restringir su uso para riego y así poder garantizar abastecimiento del líquido para consumo humano.

Es ese un problema muy serio que debería movilizar a la conciencia nacional en la tarea de reducir sus duros efectos para la agricultura, la pecuaria y la provisión de agua para uso y consumo doméstico e industrial.

Tan grave es la situación que se ha sugerido que los 3.6 metros cúbicos por segundo que pasan por las redes del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi) sean utilizados solo para el consumo humano, por lo que miles de tareas no podrían ingresar a la producción o se perderían las cosechas.

El presidente de la Junta Nacional de Regantes ha señalado que en el Bajo Yaque del Norte se ha perdido el 80% de la producción de arroz, lo que se agravaría porque los pronósticos de lluvias son desfavorables.

Por todo lo antes dicho, debe interpretarse como un crimen, un acto de incivilidad el uso irracional del agua en riego de jardines, lavado de vehículos o su desperdicio en cualquier tarea del hogar, de empresas o negocios.

La gente debería entender que a causa de la sequía, el agua disponible no alcanza para regar cultivos, saciar la sed de los animales, generar electricidad, por lo que casi en su totalidad será usada de manera racional para el consumo humano.

Los ruegos deberían ser para que cese tan prolongado periodo de sequía, antes de que la situación de precariedad hidráulica afecte de manera dramática la producción de alimentos de origen agrícola y pecuario, pero mientras tanto, la población debería entender la gravedad de la situación y no desperdiciar ni una gota de agua.

El panorama presentado por las instituciones que integran La Mesa del Agua, sobre los efectos ya devastadores de la prolongada sequía, obligan al Gobierno a aplicar medidas de emergencia, aun sean compulsivas, que coadyuven a la racionalización en el uso de la escasa provisión del líquido. Hoy más que nunca, el agua es vida.

El Nacional

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