Articulistas

El barco podría encallar

El barco podría encallar

El Presidente Abinader pisa en estos momentos un terreno político minado. Muy minado. Observo a su alrededor muy poca ayuda de quienes podrían llamarse sus “colaboradores” más cercanos.

Las denuncias de supuestos o reales actos de corrupción de la administración que preside han sido detonantes tímidos que amenazan convertirse en grotescos nubarrones que hasta podrían manchar su gobierno.

Desde hace meses y luego de observar algunos errores que se vienen cometiendo (muchos de ellos sin necesidad), hemos venido diciendo hasta la saciedad, la falta de una profesionalizada asesoría a todos los niveles, las cuales bien podrían ayudar a manejar hasta si fuera posible el día a día, de un presidente que me luce con buenas intenciones, pero que abrumado por las constantes presiones, no veo que en ocasiones tome buenas decisiones.

Y es natural. Los presidentes son humanos. Se cansan, ríen, piensan; se entristecen, se abruman….. y no es para menos al llevar las riendas de un país, que como el nuestro acaba de salir de una administración cuyos actores principales hoy son acusados de corrupción, y encima de eso una crisis sanitaria que no le da tregua para promover ante la sociedad los planes que a lo mejor años atrás soñaba el hoy presidente Abinader.

El momento político que vive la nación es estelar para el mandatario. Debe poner sus oídos tanto en las bases que junto a su partido le llevaron al poder, como al mismo corazón del pueblo, y mediante estrategias muy bien planificadas, buscarle una rápida salida a los acuciantes problemas de la carestía de algunos artículos de primera necesidad, y de paso revisar también los precios de los materiales de construcción, entre otras acciones.

Yo confío en usted señor Presidente. Yo voté por usted. Aunque a lo mejor por convicción de su discurso de cambio o un accidente político-electoral del momento; sin embargo no me arrepiento, porque cuando en los estudios de HMTV, Canal 33 de mi provincia Hermanas Mirabal tuve la oportunidad de entrevistarlo, previas diligencias hechas con su lugarteniente en la zona, Domingo Adames, usted señor Presidente, me convenció.