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El cambio sigue

El cambio sigue

Eduardo Álvarez

Con infinitas oportunidades. Centradas, sobre todo, en la calidad de vida, que trae con ello, un comportamiento propositivo inclinado al desarrollo y crecimiento individual. Por tanto, social y familiar.

De ahí que la transformación urbana, se presente en las más variadas y modernas formas. Reflejadas en una arquitectura vanguardista, más confortable y funcional. No necesariamente sofisticada.

El progreso, en sus diferentes manifestaciones, se expresa aquí con matices reveladores de nuevos estilos de vida. Igual, en la conformación de una estructura productiva patentizada en sistemas más avanzados y actualizados.

La tecnología juega un papel muy importante en el proceso de revalorización y transformación de cada uno de los componentes del aparato productivo. Es destacable el rol de los núcleos habitacionales, comprometidos con la estética y operatividad urbana.

Esta es una de las tantas ventajas que ofrecen las oportunidades de cambio. Lo contrario cae en el estancamiento.

Es decir, en la aniquilación de los medios productivos. Así, en la degradación y la perturbación social, con las agravantes económicas que ocasiona toda paralización o estacamiento.

Así las cosas, el cambio -como instrumento de desarrollo y de transformación en todos los órdenes-, es la única opción. Adquiere, entonces, una categoría absoluta e irrebatible cómo condicionante de la mejor disposición y capacidades del individuo. Más que nada, como ente colectivo.

Unidos logramos que sea, por supuesto, más fuerte y sostenible, con lo que esto representa para las prosperidad y estabilidad de todos los dominicanos. Por esto y más, el cambio sigue.