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El caminante de Nazaret: La historia de Jesús en una ópera estremecedora

El caminante de Nazaret: La historia de Jesús en una ópera estremecedora

La experiencia musical contó con unos 150 artistas en escena, bajo la batuta del director musical Edwin Disla.

Cuando se mezclan las voces espectaculares de destacados cantantes líricos, el coro de voces angelicales, de la agrupación Coral Arpa Evangélica, la música de la orquesta sinfónica, y la historia de Jesús, es imposible que el resultado no sea maravilloso y estremecedor.

Esta combinación de ingredientes dio como resultado una puesta en escena emocionante, de inspiración religiosa y de alto valor cultural: “El Caminante de Nazaret”, la primera ópera netamente dominicana, creada por el compositor dominicano Rafael Danilo Grullón, que aunque se ha presentado en otros países, por primera vez se presentó en República Dominicana.

Cientos de fieles creyentes, y amantes de la ópera, vivieron ayer Domingo de Ramos, fecha que da inicio a la Semana Santa, una experiencia musical que fue más allá del disfrute de una actuación, fue una conexión con aquel «Verbo que se hizo hombre y habitó entre nosotros lleno de gracia y verdad» como dice en la biblia el libro de Juan capítulo 1, versículo 14.

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A las 4:35 de la tarde, la voz en off de la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito, anunciaba el inicio del concierto, los artistas se acomodaban, y las luces del auditorio se daban un descanso, mientras el escenario resplandecía.

Desde las primeras notas, el espectador fue atrapado, y es que ver la historia de Jesús plasmada en la cinematografía, no es lo mismo que imaginarse cada momento de la última semana de la vida terrenal de Jesús de Nazaret desde su entrada triunfal hasta cumplir la encomienda de su Padre, “morir por nosotros para que los pecados del mundo sean perdonados”, y posteriormente su ascensión.

Esto le permitió a los presentes un nexo profundo y espiritual, donde las palabras se convirtieron en melodías, gracias a las interpretaciones de 150 artistas, que incluyó una orquesta de 40 músicos, un coro mixto de 90 voces, que representó la multitud, la turba, los guardias del templo, los fariseos, sacerdotes y los discípulos; y 15 solistas de un destacado elenco en los roles de Jesús (José Heredia, tenor), María Magdalena (Paola González, soprano); Pedro, Pilato (Mario Martínez, barítono), María la madre de Jesús (Claudia Sierra, contraalto); Tomás (Enmanuel Vargas, tenor), Judas (José Rafael Medina, bajo) y Cleofás (Carlos Alfredo Fatule, tenor), bajo la batuta del director musical Edwin Disla.

La ópera juega con una variedad de ritmos dominicanos y de otros países de Latinoamérica (mangulina, son, merengue, etc) pero de una manera sutil, para que la narrativa musicalizada no perdiera la solemnidad.

Cada acto traía una emoción diferente, desde la alegría de la entrada triunfal, la tristeza del juicio y la crucifixión, hasta el festejo de la Resurrección; gracias no solo a la interpretación vocal de los cantantes líricos, también a la inmersión de estos en el personaje.

Esta casi tres horas de concierto, exquisitamente presentado, le mereció al elenco una ovación de pie, acompañada de los “¡Bravo!” y una lluvia de aplausos por parte del auditorio, que se extendió de manera ininterrumpida por unos 3 minutos.