Editorial

El Cártel de Sinaloa

El Cártel de Sinaloa

Con sorpresa y preocupación se recibe la noticia de que autoridades dominicanas, Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), activaron un alerta de búsqueda en territorio nacional de cuatro mexicanos miembros de una célula criminal asociada con el cártel de Sinaloa.

Los fugitivos, que se dice forman parte de “Los Rugrats”, brazo armado de la estructura transnacional dedicada al tráfico de drogas, lavado de activos y sicariato, fueron identificados como Carlos Alberto Páez Pereda, Luis Alfonso Páez Pereda, Daniel Hiram Jaques Ortega y César Eduardo González.

En Cotuí, Sánchez Ramírez, el Ministerio Público solicitó medidas de coerción contra Yeyson Rojas Mosquea, a quien también vincula con  a la red  que opera en el país y en México, vinculada al Cártel de Sinaloa, lo que hace temer que se trata de una amplia estructura criminal transnacional que se ha asentado en territorio dominicano.

La magnitud de ese entramado delincuencial se refleja en las declaraciones atribuidas  al agente especial a cargo  de la División del Caribe de la DEA, Michael Miranda, quien advirtió que República Dominicana no sería refugio para el Cártel de Sinaloa, ni para ninguna organización criminal.

Durante este año, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) ha decomisado más de diez toneladas de cocaína, lo que indica que cárteles del narco pretenden usar al país como puerto de trasbordo de sustancias controladas hacia Estados Unidos y Europa, en lo que estarían vinculados con el cártel mexicano.

La “Operación Jaguar”, como ha sido bautizado el vasto operativo contra esa red que coordinan la DEA, la DNCD, Procuraduría General y la Policía, no se limitó a incautar drogas o arrestar sospechosos, sino “a proteger a las comunidades, fortalecer el estado de derecho y colaborar en la lucha contra el crimen transnacional”.

República Dominicana es el centro de una cruzada contra el crimen transnacional, asociado al narcotráfico, lavado de dinero y sicariato, que ha pretendido asentar aquí a células del grupo “Los Rugrats”, vinculados con el cártel de Sinaloa, lo que obliga a las autoridades a actuar con diligencia y firmeza para impedir ese despropósito.

Cuando se trata de perseguir y desmantelar estructuras del narcotráfico, terrorismo, trata de personas, trasiego de activos ilícitos y otros crímenes similares, se levantan todas las barreras jurídicas para dar paso a la labor conjunta de los Estados  en la persecución de esos ilícitos, por lo que  se saluda la colaboración de la DEA y de agencias de otros países para impedir que  esos cárteles se instalen en territorio dominicano.

El Nacional

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