El presidente Danilo Medina ha desarrollado una intensa agenda en Nueva York, donde acude para participar en la 70ª Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), pero ya ha pronunciado discursos en encuentros sobre Desarrollo Sostenido, Equidad de Género y ante líderes de la comunidad dominicana en la urbe.
En cada una de esas intervenciones, el mandatario ha resaltado o defendido la gestión de su gobierno en la disminución de la pobreza, compromiso para alcanzar la paridad de género, además de prometer facilidades a la diáspora dominicana para adquirir viviendas sin pago de inicial.
Medina ha proclamado que su gobierno desarrolla “una revolución silente”, que ha posibilitado que 788 mil personas hayan podido salir de la pobreza, cuyo nivel, dijo, se redujo de un 16.6% a un 5.8%, durante su gestión.
Como era de esperarse, las cifras ofrecidas por el Presidente han sido objetadas por la oposición política que, por el contrario, endilga al Gobierno incurrir en dispendio y acrecentar la situación de pobreza en una amplia franja de la población.
Es claro que las estadísticas sobre reducción de pobreza citadas por el jefe de Estado, incluidas el incremento del número de vehículos y motocicletas y el crecimiento experimentado por el Producto Interno Bruto (PIB), se convierten en insumos de una adelantada campaña electoral.
Gobierno y liderazgo político deberían promover un debate transparente, que en vez de confusión genere interés en la población en torno a las direcciones de cada planteamiento sobre temas esenciales de la nación.
Difícil ahora es saber si lo dicho por el presidente Medina se acerca o se aleja de la realidad o si lo refutado por la oposición se limita a un ejercicio político basado en oponerse o desmentir todo lo que salga del ámbito oficial.
En razón de que la realidad es siempre independiente a la voluntad de quien pretenda describirla, las opiniones sobre reducción o agravamiento de la pobreza chocarán con un escenario social, político y económico que la familia dominicana padece o disfruta cada día. Todo será según el color del cristal con que se mire.