Editorial

El Día

El Día

El Día celebró ayer su decimocuarto aniversario convertido en uno de los periódicos de mayor dinamismo, lectoría, penetración y crecimiento en el diarismo dominicano, sitial que se ha ganado en base a un ejercicio valiente con estricto apego a la ética. Desde su primer día de circulación, el fraterno matutino enseñó garras de buen periodismo y de firme determinación de auscultar la verdad última en todos los sucesos y acontecimientos de interés colectivo, sin importar roces o choques con intereses.

El menor de los hijos del Grupo de Comunicaciones Corripio ha sido por sus logros y por su vertical línea editorial un motivo de orgullo para toda la prensa nacional, además de recibir como premio a sus méritos el aprecio y respeto de sus lectores y de la sociedad en general.

Puede decirse que El Día es un mensajero de la verdad que diariamente participa a la familia dominicana de todo acto público o privado que merezca la categoría de noticia, incluido lo que sucede allende los mares, razón por la cual en los hogares lo reciben con verdadero interés.

Sus páginas editoriales representan valiosa peña a la pluralidad de opiniones y templo abierto a denuncias y propuestas, lo que ha permitido que El Día sea siempre un valioso promotor de diálogo y soluciones.

El Nacional se une al regocijo colectivo por el cumpleaños de tan apreciado y admirado hermano, al tiempo que extiende congratulaciones a su propietario, José Luis Corripio Estrada (Pepín), a su director, Rafael Molina Morillo, al subdirector José Monegro y a todo el personal de El Día.

Indolencia

La directiva del Colegio Médico ha vuelto por el camino fácil en su brega por reivindicaciones gremiales en tiempos electorales, que no es otro que el de flagelar a la población pobre a la que cerrará las puertas de los hospitales por otros tres días.

La huelga de médicos y personal del sector salud por tres días convocada a partir del martes, es como volver a tomar piedra para lanzarla contra quienes no pueden defenderse del Gobierno ni de gremialistas indolentes.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación