El embajador James Breswter ha abordado con profundidad y claridad temas esenciales de la agenda que norma las relaciones entre Estados Unidos y República Dominicana, lo que ayuda a despejar confusiones sobre el interés o la posición de Washington en torno a asuntos políticos, económicos o sociales de relieve nacional.
Al acudir como invitado especial al Grupo de Comunicaciones Corripio, Brewster ha respondido con profundidad temática y elegancia diplomática las preguntas que le formularon los comensales, sin importar si se referían a aspectos políticos, económicos o sociales.
Fue así como el diplomático aclaró que las declaraciones del confeso narcotraficante Quirino Ernesto Paulino Castillo han sido ofrecidas por cuenta propia, al tiempo que aconsejó tomarlas con grano de sal.
En cuanto al ambiente político, el diplomático fue enfático al señalar que Estados Unidos trabaja con cualquier autoridad, no importa de cuál partido político, ya que el interés de Washington se circunscribe a que se celebren elecciones justas, limpias y libres de corrupción.
Al referirse a la veda impuesta por su país a las importaciones de frutas y vegetales provenientes de República Dominicana, el embajador actuó como un auténtico diplomático, al reconocer el grave perjuicio que esa medida ocasiona a productores nacionales.
Aunque reivindicó el deber de las autoridades estadounidense a proteger su industria agrícola y señalar que esa medida se hubiese adoptado contra cualquier otro territorio afectado por plagas, el diplomático olvidó decir que a Estados Unidos ingresan rubros de otras naciones donde la mosca Mediterránea es endémica.
Aun así, Brewster ofreció la buena nueva de que actualmente se reevalúa la veda impuesta para excluir algunos productos de esa lista de prohibiciones, lo que al menos significaría un respiro para productores de esos rubros que en conjunto perderían más de 60 millones de dólares este año, a pesar de que el insecto ha sido detectado en un cuadrante de solo 22 kilómetros.
Al embajador de Estados Unidos le causó risa “de oreja a oreja” la versión que señala intención a su gobierno de impulsar la unificación de la isla, aprensión que definió como absurda. También dijo que no vino al país a promover su inclinación sexual, pero sí el respeto a los derechos de los grupos excluidos o marginados.
El tema de la corrupción o prevaricación fue abordado por Brewster, quien dijo que su control corresponde a las autoridades dominicanas, aunque advirtió que si afecta intereses o negocios estadounidenses, se encararía “esa situación de manera muy agresiva”. Que cada quien asuma lo dicho por el embajador, según su conveniencia y apetencia.