Editorial

El infierno

El infierno

Cuatro internos han muerto y 75 afectados por un brote de cólera que se propagó por el consumo de agua contaminada en la cárcel de La Victoria, un antro que almacena reclusos en las peores condiciones humanas y cuyo funcionamiento constituye un motivo de vergüenza para Gobierno y sociedad.
El Ministerio de Salud informó que once de los afectados fueron ingresados al hospital municipal mientras los demás reciben atenciones en el mismo penal por padecimiento de prolongados episodios diarreicos.

Se ha dicho que ese brote de cólera se produjo por el rompimiento de una tubería de agua potable en el interior de una celda ocupada por más de 900 internos por lo que el líquido se mezcló con la defecación de los propios reclusos.

Mucho se habla de un modélico sistema penitenciario que supuestamente opera como canal de reinserción social de los internos condenados o de quienes cumplen medidas de coerción por la imputación de crímenes y delitos, pero debe decirse que la cárcel La Victoria a lo que más se asemeja es al infierno de Dante.

Las cárceles dominicanas, tanto en el nuevo como en el viejo modelo penitenciario, están diseñadas para albergar a menos de diez mil internos o reclusos, pero en la actualidad la cifra supera los 26 mil inquilinos, lo que indica una enorme sobrepoblación .

La cárcel La Victoria acoge el mayor porcentaje de la población general de reclusos, con tres mil 332 internos, colocados literalmente “unos encima de otros”, porque ese edificio penitenciario fue diseñado para acoger menos de la mitad de los que hoy abarrotan sus celdas.

Un informe revela la existencia de tuberías “entrecruzadas” que mezclan el agua potable de consumo humano con aguas negras procedentes de reservorios sanitarios, lo que ha sido la causa básica del brote de cólera y de muchas otras enfermedades.

Lo que ha ocurrido en la principal cárcel del país, donde cuatro personas han muerto y 75 afectadas por un mal causado por insalubridad y marginalidad, revela el drama de un sistema carcelario que hacia afuera presenta la cara bonita de un nuevo modelo, y hacia dentro, el horror de un inferno.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación