El pasado martes, nos despertamos con la terrible noticia del colapso de la emblemática discoteca Jet Set, en uno de los hechos más trágicos y conmovedores que haya ocurrido en nuestro país.

No hay palabras que puedan describir la consternación que vive nuestro querido pueblo, con este fatal acontecimiento que nos costará muchos esfuerzos y tiempo para poder recuperarnos.

Aun estamos en shock, es como si fuera una pesadilla de la que quisiéramos un pronto despertar para volver a la realidad, pero lamentablemente no es así, estamos despiertos y abatidos; estamos llorando y sepultando nuestros muertos, hay que atender y rogar a Dios por los sobrevivientes, para no seguir engrosando la terrible cifra de más de 200 fallecidos.

Los hospitales están abarrotados de heridos, en el lugar del trágico acontecimiento se ha desvanecido la esperanza de encontrar más sobrevivientes y continua la expectativa de encontrar más cuerpos en los escombros; las escenas de angustias y desesperación de familiares y allegados son desgarradoras y conmovedoras.

En un hecho de tal magnitud que ha despertado el interés y la solidaridad internacional; agregando a esto que, dentro de las víctimas se encuentran nacionales de varios países, además de la connotación de dominicanos con trascendencia más allá del ámbito local.

El pueblo dominicano está abatido, la empatía y la solidaridad se han puesto de manifiesto en cada dominicano; todos estamos afectados de una manera u otra, se siente ese profundo dolor que nos embarga, hemos dejado a un lado las diferencias políticas, religiosas, económicas, o de otros indoles; el país está de luto.

Hay que resaltar el arduo trabajo que han venido realizando los organismos de socorros y el Estado Dominicano; desde el momento en que ocurrió la tragedia, no se ha escatimado esfuerzos tanto humano como logísticos en la búsqueda y rescate de los que quedaron atrapado en esa trampa mortal.

Son héroes de la patria, hombres y mujeres que han estado integrado en cuerpo y alma a la noble tarea del rescate humano, a ellos le debemos nuestra gratitud; en medio de esta desgracia, nos llena de orgullo y satisfacción saber que contamos con buenos dominicanos que nos hacen sentir orgullosos de nuestro terruño.

Reconocer también la presteza con que ha venido actuando el Presidente de la República, Luis Abinader, quien ha estado pendiente paso a paso del proceso de rescate y estando presente en la zona cero.

Dicen que el tiempo pasa y cura las heridas, pero va a llevar tiempo la recuperación; mientras tanto, hay que seguir aunando esfuerzos para no sumar más víctimas mortales, hay que brindar todas las asistencias posibles a los sobrevivientes y sus familiares.

Este pueblo es resiliente, sabrá sobreponerse ante tal catástrofe, pero esto debe servir para tomar medidas ante tantos lugares vulnerables, a fin de prevenir otras tragedias de igual o de mayor dimensión.

Hasta la próxima semana, con más Jerez y más Whisky.