El relato bíblico consigna que la desobediencia fue la primera manifestación pecaminosa en la creación del Universo. Este concepto ha influido profundamente en la forma en que transcurre la humanidad.
Esta transgresión, narrada en el Génesis, marcó el inicio de una separación espiritual entre el hombre y Dios, cuyas consecuencias se extienden hasta nuestros días. A lo largo de la historia, diferentes interpretaciones han surgido sobre su significado y su impacto en la vida cotidiana de las personas.
Para confirmar lo expresado en el párrafo anterior, bastaría con detenernos en cualquier punto de nuestras avenidas y observar la manera en que conductores y motoristas violan las normas más elementales del tránsito vehicular.
Resulta especialmente doloroso e indignante presenciar la indiferencia del agente de la DIGESETT que, estando presente en el lugar, debería actuar para evitar que ocurran este tipo de inobservancias.
La falta de intervención por parte de quien ostenta la responsabilidad de mantener el orden no solo permite que la desobediencia se perpetúe, sino que además envía un mensaje negativo a la sociedad sobre la importancia de cumplir con las normas establecidas.
Cuando la autoridad, en vez de prevenir, mira hacia otro lado, se refuerza la percepción de que las reglas pueden ser ignoradas sin consecuencias, debilitando así el tejido social y el respeto por el orden.
Reza el dicho popular: “para muestra un botón”. Porque si ampliáramos los ejemplos tomaríamos aspectos fundamentales como: educación, salud, seguridad ciudadana, agua potable y otros, el desconsuelo seria mayor.
Este comportamiento cotidiano refleja cómo la tendencia a la desobediencia persiste en nuestra sociedad moderna, trascendiendo el ámbito religioso para manifestarse en acciones simples y rutinarias.
Así, el pecado original no solo es un concepto teológico, sino también una realidad visible en las interacciones humanas de cada día, lo cual agudiza sensiblemente, las desigualdades que caracterizan la convivencia nacional.
Ojalá que las autoridades competentes tomen iniciativas orientadas a mejorar la situación. Esperemos.

