Opinión Articulistas

El PRM para 2028

El PRM para 2028

Alberto Quezada

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El escenario político de la República Dominicana de cara a las elecciones de 2028 está marcado, a nuestro modo de ver, por tres factores determinantes: uno, la consolidación del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en el poder, dos, el crecimiento de Fuerza del Pueblo (FP) como fuerza opositora, y tres, el debilitamiento del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

Desde luego, en el transcurso de ese tiempo faltante para el 2028 (3 años y cuatro meses) no se puede descartar de plano que bien pudieran surgir otros elementos relevantes en el ambiente político que también ameriten análisis. Sin embargo, en términos generales, consideramos que estos tres constituyen los ejes de mayor peso específico.

De manera que, con esta mirada en perspectiva a esos temas, iniciamos una serie de tres análisis políticos dirigidos a nuestros lectores, los cuales buscan una aproximación objetiva del posicionamiento electoral y político de las tres principales fuerzas políticas del país de cara al 2028.

En esta primera entrega pasamos a explicar las razones de la consolidación del PRM como la principal fuerza política de la República Dominicana y luego continuaremos con los demás temas. Comenzamos. He aquí las razones por la que afirmamos que el PRM se consolida como la principal fuerza política del país:

El PRM ha cosechado importantes victorias en los últimos años, siendo el punto de inflexión la elección presidencial de 2020. En esa contienda, Luis Abinader se alzó con la presidencia con una amplia ventaja, marcando así el inicio de la consolidación del PRM como fuerza dominante. Asimismo, el partido obtuvo una representación significativa en el Congreso, lo que le ha permitido impulsar su agenda política con mayor eficacia.

Una de las claves del ascenso del PRM ha sido su capacidad para desplazar al tradicional Partido de la Liberación Dominicana, que gobernó por más de 16 años. El desgaste político del PLD, propiciado en gran parte por escándalos de corrupción y una creciente desconexión con sectores sociales, facilitó el cambio. Muchos electores, cansados del continuismo y las malas prácticas, vieron en el PRM una opción renovadora.