Opinión Articulistas

El pueblo que juzgue

El pueblo que juzgue

Luis Pérez Casanova

Como si en verdad transitara sobre rieles y el Gobierno bordeara el abismo, la oposición ha colocado el endeudamiento externo en el centro del debate con el propósito de exacerbar la indignación contra la supuesta mala gestión del presidente Luis Abinader. Con el recurso Fuerza del Pueblo y el PLD han conseguido titulares, pero no movilizar a una opinión pública que no está en disposición de dejarse manipular por narrativas descontextualizadas, utilizadas como ariete en procura de réditos electorales.

Las estadísticas de ambas partes no serán todo los veraces que se pregonan, pero son las mismas que siempre se han utilizado para informar sobre el comportamiento de la economía.

El motivo que hoy cita la oposición como base para el endeudamiento es desmentido no únicamente por el Gobierno, sino por organismos internacionales que en algún momento también reconocieron puntos luminosos en las gestiones de los expresidentes Leonel Fernández y Danilo Medina. Si República Dominicana estaría al borde del colapso por el despilfarro del gasto público, como alega la oposición, su índice de solvencia no sería tan bien ponderado por las agencias calificadoras de riesgo. Es elemental.

Ni pensar que estamos a pedir de boca, pero tan poco al borde del colapso. Ya el propio presidente Abinader reconoció que la economía se había enfriado y que las perspectivas de crecimiento habían disminuido como resultado de un convulso panorama internacional. Pero aún así hay que reconocer que por aquí ha habido estabilidad social y económica y que la inflación ha sido controlada. También, con justicia, que no se ha verificado escasez de ningún artículo.

En 2024 la población validó la gestión de Abinader al otorgarle un 55. 7 % en las urnas. El PRM se alzó con mayoría absoluta en las cámaras legislativas, que no ha utilizado para imponer una dictadura. Muchos de los males que hoy se exponen, heredados de anteriores gestiones, no se han podido enfrentar por escasez de recursos y falta de una reforma fiscal a la que todos sacan el cuerpo.

Todo el que tiene ojos para ver sabe que antes que derrochador este Gobierno es austero y que además ha dado valiosos pasos para consolidar a través de la transparencia y la rendición de cuentas el muy descalabrado sistema institucional.

De todas formas en cuanto al endeudamiento externo, del cual el 80 % contratado por el Gobierno ha sido, según Abinader, para pagar capital e intereses de las gestiones del PLD, el pueblo tendrá la última palabra. Todo el alboroto no tiene otra finalidad que electoralista y ya las votaciones de 2028 están prácticamente al doblar de la esquina. Pero se falta a la verdad al acusar al Gobierno de derrochador o clientelista.