Lo que una vez fue un vibrante lienzo de aguas turquesas y arena blanca, hoy luce como una postal en decadencia, ya que la playa de Boca Chica, que es uno de los destinos turísticos domestico más emblemáticos de la República Dominicana, se encuentra bajo un asedio sin precedentes por la masiva llegada de olas de sargazo, desatando una grave crisis ecológica y socioeconómica en toda esta zona costera.
Una densa alfombra de algas en descomposición cubre la orilla, liberando un penetrante olor a ácido sulfhídrico que ahuyenta hasta al más entusiasta de los bañistas. Donde antes había cientos de familias y turistas disfrutando del sol, hoy se ven apenas unas pocas personas, la mayoría comerciantes locales que miran con desesperación un mar que ya no es fuente de sustento, sino de preocupación.

Jorge González
Esta macroalga ha teñido la costa de un marrón pardo, y creado un fuerte mal olor que ha empeorado el ya desolador panorama que viene viviendo esta localidad, por la arrabalización y el descontrol en los precios y servicios que se venden a los miles de turistas locales y extranjeros que visitan a diario este balneario.
La playa de Boca Chica enfrenta una crisis ecológica por la llegada masiva de sargazo

“Las ventas han caído en más de un 80%. La gente llega, ve la playa así y se devuelve”, comenta con angustia el dueño de un pequeño restaurante en la franja costera a reporteros de El Nacional.
“Vivimos del turista que viene a comer un pescado frito y a disfrutar del agua. Si no hay agua limpia, no hay clientes, y si no hay clientes, no sabemos cómo vamos a alimentar a nuestras familias”. Su testimonio es el eco de cientos de vendedores, guías turísticos, y empleados de hoteles cuya principal fuente de ingresos se ha evaporado.
El impacto no es solo económico. El ecosistema marino de Boca Chica está sufriendo un golpe devastador. La acumulación masiva de sargazo impide que la luz solar llegue a los pastos marinos y a los arrecifes de coral, vitales para la salud del ecosistema.

Además, el proceso de descomposición consume el oxígeno del agua, creando «zonas muertas» donde la vida marina no puede subsistir. En los últimos días, han sido numerosos los reportes de peces muertos flotando en la orilla, una trágica evidencia del desastre ecológico en curso.
Comerciantes locales reportan caídas del 80% en sus ventas debido a la crisis del sargazo
A pesar de los esfuerzos de brigadas del Ministerio de Turismo, del ayuntamiento local, pero sobretodo de los obreros de los negocios del lugar por retirar las algas con rastrillos y carretillas, la tarea parece interminable. Cada día, las corrientes traen nuevas oleadas que vuelven inútil el trabajo del día anterior.
Puede leer: Velocidad e imprudencia de choferes y motoristas amenazan peatones SDE
La comunidad exige soluciones más contundentes, como la instalación de barreras oceánicas que contengan el sargazo antes de que llegue a la costa, una medida que ha tenido éxito en otros destinos del Caribe pero que requiere una inversión significativa.
Mientras tanto, la incertidumbre se apodera de Boca Chica. La crisis del sargazo ha dejado al descubierto la vulnerabilidad de una comunidad que apostó todo su desarrollo al turismo. Hoy, con sus aguas ahogadas por las algas y su economía en jaque, sus habitantes claman por una acción urgente y coordinada que les devuelva la playa que es, y siempre ha sido, el corazón de su comunidad.
Donde antes había cientos de familias y turistas disfrutando del sol, hoy se ven apenas unas pocas personas, la mayoría comerciantes locales que miran con desesperación un mar que ya no es fuente de sustento, sino de preocupación.