Carta de los Lectores

El sueño dominicano

El sueño dominicano

Se cumple un año de aquella emotiva espera, escuchando el audio del “Por fin” y la voz de Peña Gómez llenando el pecho de compañeras y compañeros. Un año de que, a cacerolazos y dignidad la gran mayoría de las dominicanas y dominicanos de buena voluntad hizo valer su voto y nos dio la honra, el derecho y la oportunidad de servirle. Un año de aquel compromiso que nos llevó al Estado en un momento muy difícil. Un año del triunfo del cambio… Desde entonces, se respiran nuevos aires y, a pesar de la gran dificultad que representa la pandemia, todos lo hemos podido percibir.

El dolor de una situación terrible se nos impone por fuerzas mayores, sin embargo, la gestión del presidente Luis Abinader Corona ha sabido tener la templanza y el trabajo constante para resistir los embates con firmeza, sin perder ni un solo día de vista la situación en que vivimos los dominicanos.

El gobierno del PRM ha sabido ser catalizador y portador de la esperanza para nuestro país en cada uno de sus sectores productivos. Y lo ha hecho con acciones contundentes, sin excusas, con trabajo constante, organizado y consciente de su tarea. En ese año ha sido poco el tiempo que hemos podido invertir en reflexionar sobre la importancia de la gestión del presidente Luis Abinader.

Sobre los rasgos que describen el cuerpo del que ya se perfila como el mejor gobierno de todos los tiempos. Algunos han querido adelantar el calendario, otros complicar la coyuntura, unos pocos ensombrecer lo que no tiene sombra. No han podido. Pues el gobierno de Luis Abinader, sus ministros y funcionarios, son portadores del gen de un nuevo país y así lo han demostrado.

En las áreas de salud, economía y comercio, empleo, seguridad ciudadana, educación, medio ambiente, turismo, género, juventud, cultura, vivienda se ha reflejado que, pese a la dificultad, trabajamos por el aumento de oportunidades, el servicio y el cambio. Lo que representa en esencia ese cambio que todos los días levantamos y construimos con políticas, acciones, de la mano con la gente y buscando acercar mejoras en sus condiciones de vida, no es otra cosa que el primer sueño que tuvo el alma dominicana.

Ese que inscribieron los trinitarios con su sangre en la historia y que ha continuado vivo, generación tras generación. Un sueño que ha podido mantenerse a pesar de persecución, guerras internas, intrigas, abuso autoritario, cultura del despilfarro, la corrupción y cerrazón. Es la voluntad de ser la república soñada lo que nos mueve.
Por: Adolfo Pérez

El Nacional

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