La designación ayer de Magín Díaz como ministro de Hacienda, en sustitución del renunciante José Manuel Jochy Vicente, coincidió con la aprobación de la ley que fusiona a esa dependencia del ministerio de Economía, con la cual se crea una superestructura rectora de las finanzas públicas, del sistema de planificación y de la inversión pública.
Al extitular de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) le corresponderá como titular de Hacienda y Economía, dirigir la política fiscal del país, la administración financiera, realización de estudios económicos y preparar el presupuesto estatal, entre muchas otras funciones.
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Para presentar su dimisión como ministro de Hacienda, Jochy Vicente dijo que ya era tiempo de retornar a sus actividades profesionales y planteó que Hacienda requería de “sangre nueva”, al tiempo que agradeció el respaldo recibido del al presidente Luis Abinader durante sus casi cinco años de gestión.
La Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto de fusión de los ministerios de Economía y Hacienda, con el voto de 75 legisladores oficialistas, horas después de emitido el decreto presidencial que designa a Magín Díaz al frente de esa cartera, una coincidencia digna de ser resaltada.
El nuevo ministro de Hacienda y Economía fue un crítico de la propuesta de reforma fiscal que presentó el Gobierno hace más de un año con la intención de recaudar alrededor del 2,5 % del Producto Interno Bruto (PIB), entre 110 mil a 125 mil millones de pesos, un proyecto que posteriormente fue retirado.
Las principales desafíos que enfrentaría el ministro Díaz estarían relacionados con el déficit fiscal (3 % del PIB), baja inversión de capital (2% del PIB) y elevada deuda pública del sector no financiero (46.9 % del PIB), que quizás tendrían que ser afrontadas por vía de una reforma fiscal.
Otro gran reto para el nuevo funcionario lo representa el diseño del Presupuesto General del Estado para 2026 porque tendrá que lidiar con una disminución del crecimiento del PIB, cuya proyección para fin de año lo sitúa en torno al 4%, elevado servicio de la deuda pública, además de coincidir con un entorno externo matizado por la incertidumbre.
El nombramiento de Magín Díaz como ministro de Hacienda y Economía se recibe de buen agrado en los diversos sectores productivos que reconocen su capacidad gerencial y experiencia en roles de funcionario público, académico y consultor económico, pero aun así, requerirá de mucha suerte para salir a camino.