
Los jóvenes donaron utilerías en la escuela Primaria Domingo Guillen Arias, en Hato Viejo, San Cristóbal.
Más allá de preparar jugadores y descubrir nuevos talentos de béisbol, la Amateur Scouting League (ASL) se ha convertido en una herramienta de transformación social para ayudar a los más vulnerables en República Dominicana.
Con 3 años de trayectoria y tres ediciones realizadas, el programa ha impactado de forma directa a más de 5,600 niños y sus familias en distintas regiones del país, consolidando una red de apoyo basada en el deporte, la educación y la solidaridad.
Impulsada por la Oficina del Comisionado de las Grandes Ligas, la ASL nació como una plataforma para que jóvenes peloteros muestren su potencial ante los clubes internacionales. pero con el tiempo, su visión creció.

Uno de sus mayores impactos lo realizan previo al inicio del año escolar, donde el programa realiza la entrega de útiles escolares a estudiantes de comunidades vulnerables.
Mochilas, cuadernos, lápices y otros materiales son distribuidos como parte de su compromiso con la educación y el bienestar integral de la niñez.
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Acciones
Estas acciones no solo alivian la carga económica de muchas familias, sino que también motivan a los niños a regresar a clases con entusiasmo y mejores condiciones para aprender.
Los jóvenes que accionan en la ASL, no buscan reconocimiento ni aplausos. Con mochilas cargadas de útiles escolares, recorren aulas vacías para entregar no solo materiales, sino también un mensaje claro: el talento y la disciplina en el béisbol deben ir acompañados del compromiso social y la responsabilidad con sus comunidades.
El departamento deportivo responsable de esta iniciativa ha desarrollado una labor que trasciende el terreno de juego. A través de clínicas, jornadas de donación y charlas educativas, la liga se ha posicionado como un modelo de intervención social que apuesta por el desarrollo integral de la niñez dominicana.









Trabajo constante
Cada año, la liga organiza al menos cuatro donaciones regionales, acompañadas de actividades formativas. Estas jornadas incluyen la entrega de pelotas, camisetas (t-shirt) y otros implementos deportivos a ligas infantiles, equipos comunitarios y organizaciones sin fines de lucro, reforzando así el acceso al deporte en zonas de escasos recursos.
Además del torneo anual, el departamento realiza acciones durante todo el año enfocadas tanto en el desarrollo de habilidades deportivas como en la formación en valores, liderazgo y trabajo en equipo.
Impacto
El impacto de estas acciones va más allá del aula: mejora la convivencia escolar, fortalece el sentido de pertenencia y estimula la autoestima de los estudiantes.
Para muchos centros educativos, la presencia de la Amateur Scouting League representa una oportunidad de motivar al estudiantado y fomentar estilos de vida positivos, en comunidades donde el deporte puede marcar la diferencia entre la vulnerabilidad y el empoderamiento.
Más allá del torneo anual y las clínicas deportivas, la ASL es una plataforma de scouting, una escuela de formación y, sobre todo, un motor de cambio social. En cada juego, cada charla, cada entrega, se refuerza una idea fundamental: el talento no se sostiene sin disciplina, sin valores y sin educación.
Con este enfoque integral y sostenido, la Amateur Scouting League se consolida como un ejemplo tangible de cómo el deporte puede ser motor de cambio social. A través del juego, se siembran valores, se generan oportunidades y se construyen futuros en comunidades donde la esperanza muchas veces depende de este tipo de iniciativas.
Un protocolo ético
La ASL ha desarrollado una política de donaciones enmarcada en la claridad y la ética. Antes de entregar recursos, verifica que las instituciones receptoras sean lícitas, confiables y moralmente responsables.
Este proceso se basa más en el conocimiento comunitario que en investigaciones exhaustivas. En un país donde las referencias personales siguen siendo clave, la ASL prefiere abstenerse si no tiene certeza sobre la integridad de la entidad.
Este criterio ha evitado colaboraciones con organizaciones que podrían comprometer la neutralidad del programa. En contraste, las escuelas públicas suelen ser una prioridad, ya que presentan necesidades evidentes y legítimas, y ofrecen transparencia por su carácter estatal.