Editorial

Elecciones en Haití

Elecciones en Haití

La Organización de Estados Americanos (OEA) desplegará 125 observadores para las elecciones generales de Haití a celebrarse el domingo con la participación de 52 candidatos a la presidencia y centenares de aspirantes a puestos legislativos y municipales.
Esos expertos de 27 naciones se suman a otro pelotón de especialistas en temas electorales que recorren el territorio haitiano desde el primero de octubre para inspeccionar unos comicios definidos como estrambóticos, por el elevado número de postulantes.

Más que promover la participación masiva de votantes en esas elecciones, la OEA centra su atención en procurar que la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah) y la Policía haitiana garanticen un mínimo de seguridad en una contienda que ya ha cobrado la vida de 15 personas.

Entre los candidatos con mayor probabilidades de triunfo se mencionan a Jean Charles Moise, de la Plataforma Piti Desalines; Judes Celestin, de la Liga Alternativa para el Progreso, y el oficialista Jovenel Moise, del Partido Tet Kale, aunque lo único previsible en esa contienda es la violencia y la abstención.

Una primera ronda de elecciones legislativas fue celebrada el pasado 9 de agosto, con escasa concurrencia y saldo de por lo menos diez muertos, por lo que todos los esfuerzos de más de un centenar de observadores de la OEA se dirigen a evitar enfrentamientos entre grupos que pugnan por el poder.

El gobierno dominicano ha formulado votos para que los comicios haitianos se celebren con éxito, aunque es claro que la incertidumbre domina el panorama electoral del vecino país, matizado también por la desorganización y denuncia de fraude.
La intensa presión política, económica y diplomática de Estados Unidos y la Unión Europea obligó al gobierno del presidente Michel Martelly a convocar a elecciones presidenciales, legislativas y municipales, cuya constante postergación le permitió gobernar por decreto durante más de un año, con la adopción de medidas altamente cuestionadas como la veda terrestre impuesta al ingreso de productos dominicanos.

Gobierno, clase política y sector empresarial deberían seguir muy de cerca las incidencias de las elecciones generales de Haití, porque de sus resultados depende en gran medida el curso que tomarán las accidentadas relaciones domínico-haitianas.

El Nacional

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