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Ceremonia conmovedora en honor a doña Mary Pérez, fundadora de Rehabilitación

Ceremonia conmovedora en honor a doña Mary Pérez, fundadora de Rehabilitación

Juan Celso Marranzini Pérez durante la ceremonia.

Santo Domingo.-A un mes del fallecimiento de doña Mary Pérez de Marranzini, la familia Marranzini Pérez, la Junta Directiva Nacional y el personal de Rehabilitación ofrecieron una emotiva ceremonia religiosa en la Catedral Primada de América.

El acto se celebró en su memoria y honor, destacando su papel como ideóloga, fundadora y líder de la institución durante más de seis décadas. Doña Mary falleció el pasado 8 de abril.

La liturgia reflejó la profunda unión entre la familia y la institución. Participaron diversas ramas familiares y colaboradores de Rehabilitación, en un ambiente de gratitud y afecto.

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Los familiares proclamaron la Palabra y recitaron el Salmo; las ofrendas fueron presentadas de manera conjunta, y una representante de la institución estuvo a cargo de las peticiones. Cada gesto simbolizó el vínculo sólido entre la familia y la obra a la que doña Mary dedicó su vida.

Legado y testimonios

Durante el homenaje, Andrés Marranzini, hijo de doña Mary, compartió una conmovedora lectura que evocó la entrega de su madre a los más necesitados, sin descuidar su papel en el hogar. Posteriormente, don Celso Marranzini, presidente de Rehabilitación, agradeció las muestras de apoyo y resaltó el legado de su madre, así como su incansable labor en favor de las personas con discapacidad.

Nacida el 20 de septiembre de 1926, doña Mary consagró su vida al servicio de los demás. En 1963, motivada por la enfermedad de su hijo Celso, fundó la Asociación Dominicana de Rehabilitación, marcando un antes y un después en la atención a personas con discapacidad.
Celso Juan Marranzini Pérez habla en nombre de la familia durante la misa en memoria a doña Mary. / Fuente externa.

“Mi mamá fue una humanista extraordinaria que, gracias a su tesón, resiliencia, voluntad férrea, visión inteligente y fe inquebrantable, fundó, condujo y sostuvo la obra solidaria más grande del país. Con los apoyos que gestionó, transformó con esperanza la vida de cientos de miles de personas, y su legado seguirá vivo en su honor”, expresó don Celso Marranzini.

Nacida el 20 de septiembre de 1926, doña Mary consagró su vida al servicio de los demás. En 1963, motivada por la enfermedad de su hijo Celso, fundó la Asociación Dominicana de Rehabilitación, marcando un antes y un después en la atención a personas con discapacidad.

Por su labor, recibió múltiples reconocimientos, entre ellos la Orden Papal de San Silvestre y la Orden Duarte, Sánchez y Mella.

Solemnidad y música

La Eucaristía fue oficiada por el padre Eulogio Castaño, párroco de la iglesia San Judas Tadeo y confesor de doña Mary.

La ceremonia fue testimonio del cariño y respeto que ella supo sembrar en quienes la conocieron. Su legado continúa en cada vida transformada por Rehabilitación y en el compromiso de su familia y equipo de trabajo.

El grupo de cámara InArt estuvo a cargo de la música sacra, cuya selección e interpretación aportaron solemnidad al acto litúrgico. Las piezas acompañaron con sensibilidad cada momento de la misa, culminando en un minuto de aplausos de pie que la feligresía le dedicó como tributo final a una vida entregada al amor y al servicio.

El Nacional

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