El empresario dominicano debe establecer salarios justos en la agroindustria y en la construcción para que los dominicanos se integren a estos trabajos. Es imposible alcanzar la meta de un 80 y 20 por ciento, y por consiguiente, controlar a los ilegales.No hay ahora mismo una escala salarial definida.
Cuando los dominicanos salieron de esas dos áreas comenzó a desaparecer el salario mínimo y la base de sustentación.Esas pésimas condiciones de trabajo en el campo y la construcción forzaron a los dominicanos a abandonar sectores donde se está en capacidad de ofertar gran número de empleos.
Es mentira que los dominicanos no gustan del trabajo, lo que pasa es que demandan salarios justos. Sin embargo, no hay otros sectores empresariales donde consigan trabajo y traen serios problemas sociales a las comunidades donde residen.Los dominicanos que salen despavoridos del campo no encuentran donde residir, ni tampoco trabajo, y comienzan a crear tugurios marginados, donde viven en pésimas condiciones.Los haitianos no tienen el problema habitacional sino que residen en barracones, o donde se construye una torre.
Los empleadores le ofertan poco, pero están en mejores condiciones de vida que en Haití.Hoy se trata de impedir que sigan llegando los ilegales a la República Dominicana, y de ofertar condiciones de trabajo aceptables. Si el dominicano se integra a trabajar en estas áreas mejorara su nivel de vida, y podría ser un alto contra la delincuencia.
No se olvide que la mayar parte de los delincuentes y pandillas están integrados por jóvenes que vienen desde la marginalidad absoluta, y si se mejoran sus condiciones, es seguro que se dedicarán al trabajo, y al estudio, antes de pensar en salir a robar.Las soluciones no son a corto plazo, pero desde ahora se deben tomar las debidas medidas de control contra la ilegalidad y el trabajo bien pago en estas áreas.
El país tiene un gran reto por delante, y es ofrecer la oportunidad, creando las condiciones, para que los dominicanos retornen a trabajar en el agro y la construcción. Al sector empresarial le toca la mayor responsabilidad, y al gobierno normar las actividades.
El presidente Luis Abinader hizo propuestas concretas de mejoría para los dominicanos que laboran en esos dos sectores, y para concretizarlas debe tener diálogo y concertación con los empresarios.Muchos que son beneficiados al pagar salarios de hambre se van a negar a tomar medidas para corregir la situación, por lo que desde el gobierno debe haber una línea clara sobre la utilización de mano de obra de ilegales haitianos. Sacrificios por el bien colectivo.
Por: Manuel Hernández Villeta