Hoy se celebra el Día Mundial de la Infancia, fecha que llega acompañada de un espejo que refleja la realidad de millones de niños que siguen creciendo en la orilla más vulnerable de nuestras sociedades.
UNICEF acaba de recordarlo con una cifra que golpea. Más de 417 millones de niños en países de ingresos bajos y medios viven en pobreza multidimensional severa.
No es solo que falte dinero en el hogar, es que faltan derechos, alimentos, viviendas seguras, agua potable, atención médica, saneamiento. Falta ese mínimo de dignidad que debería ser inherente a la palabra “infancia”.
A esta herida abierta se suma la crisis climática, que ya dejó de ser una amenaza del futuro para convertirse en una presencia que interrumpe la escuela, enferma los cuerpos y desestabiliza comunidades enteras.
Olas de calor, inundaciones, ciclones y sequías han desplazado a miles y dejado a millones fuera de las aulas. Advierten estudios internacionales que el panorama será aún más duro para la niñez que deberá sobrevivir en un planeta más hostil que el que recibieron sus padres.
Los conflictos armados, la violencia y las inseguridades cotidianas añaden una capa de crudeza al panorama. En diferentes regiones del mundo, niños y adolescentes continúan siendo víctimas de desplazamientos, reclutamientos, explotación y agresiones.
En República Dominicana, un estudio reciente de UNICEF expone con claridad la violencia estructural que se ejerce contra la niñez y la urgencia de reforzar los sistemas de protección.
A eso se suma la persistencia de la violencia sexual, un monstruo que muchas veces se esconde en espacios íntimos, como lo denuncian campañas regionales que buscan arrancarle la venda a una sociedad que aún no quiere mirar de frente.
La educación, que debería ser la gran puerta hacia un futuro mejor, también sufre interrupciones constantes para millones de niños atrapados entre inestabilidad social o pobreza y crisis climáticas.
Paradójicamente, mientras todo esto ocurre, la Convención sobre los Derechos del Niño, esa carta de garantías que el mundo entero aplaude, cumple un aniversario más con compromisos todavía pendientes.
Por eso UNICEF insiste en algo que parece simple, pero que sigue faltando: escuchar a los niños. Darles voz. Dejar que participen. Que sus opiniones cuenten a la hora de tomar decisiones en la familia, en la escuela, en la comunidad y en la política pública.
Los datos cuentan
En República Dominicana las Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS) muestran avances, pero también confirman retos persistentes entre 2014 y 2019:
• Lactancia materna: exclusiva en menores de seis meses aumentó de 4.7% a 15.8%.
• Matrimonio infantil: leve disminución, pero niveles aún altos (de 37.1% a 35% antes de los 18 años).
• Disciplina violenta: aumentó de 62.9% a 63.5% entre niños de 1 a 14 años.
• Maternidad adolescente: bajó de 21.4% a 20.4%.
Estos datos refuerzan la importancia de contar con información confiable para diseñar políticas públicas efectivas. Por ello, UNICEF República Dominicana impulsa “Los Datos Cuentan”, una iniciativa que promueve el uso, difusión y comprensión de datos críticos sobre la situación de la niñez, en especial sobre violencia.
