Este miércoles, a las siete de la noche, en el Archivo General de la Nación, se pondrá a circular el libro “En la Periferia de la Historia”, de Carmen Elisa Despradel Imbert, dominicana que nacio la luz pública con la televisión puertorriqueña y como Maricusa Ornes y Carmen Natalia Martinez Bonilla puso muy en alto la nacion dominicana..
Con 94 años, el libro esta repleto de anecdotas de un temprano Santiago de los Caballeros, en los inicios de la dictadura trujillista, y sus horrores iniciales. Y de datos importntisimos sobre la familia Imbert, ya que Carmen Elisa es biznieta del general Imbert.
Cuando una mujer decide escribir su historia, su autobiografía, es una celebración, una fiesta. Y lo es, porque ha logrado romper el cinturón de castidad de los viejos tabúes masculinos que se disfrazan de “pudor”. Un “pudor” que obligo a muchas mujeres a escribir con seudónimos masculinos, o permanecer silentes, como inteligentes observadoras de la realidad circundante, o mudas copartícipes en los grandes eventos de la humanidad, su país o familia.
Esas mujeres son prototipos de absoluta inteligencia, algo que les permitió sobrevivir aun en las mas peligrosas de las contradicciones. Nuestro país esta lleno de ellas. Fueron las esposas e hijas de los altos funcionarios del Trujillato, modelos de discreción, gracia y extrema inteligencia. Cito como ejemplo a Doña Cristina Despradel Roque,miembro de una familia opositora al régimen, que supo sortear esa contradicción y no morir en el intento.
Toda Mujer que logra escribir su verdad, su autobiografía, es una fiesta y es lo que sentimos cuando leímos “En la Periferia de la Historia” de Carmen Elisa Despradel Imbert, pionera de la televisión puertorriqueña, quien a sus 94 años decidio narrar su vida, plagada de hechos extraordinarios que nunca fueron perífericos, ni solo domesticos, y al hacerlo, contar a su vez el origen y desarrollo de la televisión boricua.
No todo es tragedia en estas Memorias. Esta tambien el retrato de las tradiciones santiagueras, las fiestas familiares, el rol de los colegios en la formación de las “señoritas de sociedad”, y las prácticas de cortejo.
Puerto Rico es el Edén donde esa muchacha curiosa e inquieta que sigue siendo Carmen Elisa, florece. Allí gracias a la muy amada compositora Sylvia Rexach, entra a la naciente TV borinqueña y se convierte en la gran dama dominicana de la TV boricua.