Opinión Articulistas

En PRM: ¿falsa crisis?

En PRM: ¿falsa crisis?

Luis Pérez Casanova

Al parecer, con los muchos aspirantes que pujan por la nominación presidencial del PRM para las elecciones de 2028 se ha encendido la luz roja sobre el riesgo de una división o una crisis que limite las posibilidades de la organización retener el poder. Lo intrigante es que desde fuera ese peligro no se ve ni percibe. Y si en verdad existe esa feroz pugna por la candidatura los protagonistas deben preocuparse por la indiferencia que ha primado en una población tan fanatizada como la dominicana.

Que no se perciba ni el humo de una organización que estaría ardiendo por dentro no es buen síntoma. Pero también es muy posible que la crisis sea más un deseo o una estrategia de sectores adversos para minar la confianza en un partido que desde que el hoy presidente Luis Abinader ganó la candidatura ha preservado la unidad por encima de disgustos y ambiciones particulares. Las voces disidentes con las decisiones de Abinader y el PRM no pasaron, por la ausencia de liderazgo interno, de aisladas.

Lo de la crisis inducida para generar incertidumbre no se puede descartar, como se evidencia, para solo exponer un caso, en la versión según la cual el equipo que promueve la candidatura del ministro de Turismo, David Collado, había acordado postularlo por el PRD, en virtud de un arreglo, en caso de perder la convención del PRM.

Entre los muchos funcionarios lanzados al ruedo, Collado, la vicepresidenta Raquel Peña, Guido Gómez Mazara y la alcaldesa Carolina Mejía son los que se perfilan con más posibilidades para encabezar la boleta del PRM en el próximo torneo.

A estas alturas no deja de sorprender que las aspiraciones en los partidos se vean como un signo de crisis y no de democracia. Lo sensato es que todo el que se considere con condiciones para gobernar el país nada tiene de criticable que aspire, aunque con ello no haga más que el ridículo. En un país como este, donde los electores fomentan el clientelismo, los dirigentes políticos se candidatean hasta como recurso para negociar posiciones.

Al menos por ahora el PRM ha contado con escudos de hierro para rechazar los misiles contra su unidad interna provenientes desde afuera y desde dentro. Pero eso no significa que la organización navegue con el viento a su favor. Los espectáculos de sus antecesores, que todavía se sazonan como gérmenes de malestar, suelen traerse a colación para sustentar grietas posibles, pero no visibles.

A nivel nacional la dirección del PRM se ha visto distante de su militancia y algunos funcionarios se han regido por una agenda propia, que dista mucho de los sentimientos perremeístas. Ese disgusto sí puede pasarle factura tanto al partido como al mejor de los candidatos.