En apenas una semana he podido ver la presentación de un musical en la sala principal del Teatro Nacional, con la misma a toda capacidad.
Pero también una obra de teatro, en el auditorio de Bellas Artes, a todo aforo.
Hoy se inaugura otra producción teatral en la Sala Ravelo, cuya concurrencia está de antemano asegurada, y bien patrocinada. Hay un espectáculo para el sábado en Hard Rock Café que ya está “sold-out”.
Los bailes en discotecas, asegurados de antemano. Sin contar los de stand-up comedy, los bailes alternativos en lugares de son.
El teatro breve. Los bares de bohemias, los piano bar y karaokes abarrotados de gente. Estamos viviendo una época de efervescencia artística en todos los planos. Es lo que explica que tantos artistas que se habían retirado de las escena estén retornando. Nunca antes se había producido un “come back” como el de ahora, y eso es algo que debemos celebrar.
No solo los artistas, sino todos los que vivimos de esa fecunda actividad, en la prensa, la radio, la televisión, en el escenario, en el andamiaje que mueve ese mundo. Atrás quedó la pírrica expresión de que “la cosa está mala”.
Si así fuera, donde primero se reflejaría sería en el espectáculo y el entretenimiento, que por cierto, es por donde primero atacan los reformistas fiscales tratando, como siempre, de quitarle la alegría al pueblo. Ojalá y no se jueguen con eso