Libre Pensar Opinión

Escribir: ¡Ah!, ¿Cómo?

Escribir: ¡Ah!, ¿Cómo?

Oscar López Reyes

Compañeros socio-culturales y conocidos de buenas costumbres tienen la aspiración de escribir libros y, penosamente, no han desarrollado su proyecto, por intranquilidad mental, supuestamente por escasez de tiempo, de confianza, temores y voluntad.

Otros han comenzado, y se han apagado. ¡Jajaja!Hasta 20 años se encaraman en la azotea y, sin darse cuenta, toca el timbre del envejecimiento.

Se adocenan en pretextos, y se reflejan cuasi desvalidos en la tiranía de joyas de poca sabiduría y apegados a insignificancias. Y para que los aludidos no sigan en un letargo y se sobrepongan, salten y emprendan una nueva ruta, cual Safari, les acompañamos con seis propuestas, que son brebaje y elixir:

1.- Contar con una pareja hogareña comprensiva y tolerante. En la familia amanece la felicidad bibliográfica. Con ese privilegio podrá apropiarse de la tan necesaria tranquilidad espiritual, sustento para la confianza, la creatividad y la creación de mensajes.

2.- No tener detrás al hombre del maletín, el cobrador. Sin importar eso del historial crediticio, acumular deudas con los bolsillos vacíos germina ansiedad, rasquiña y lágrimas, escondido el insolvente debajo de la mesa.

Ese desaliño monetario pone mal humorado y flaco, más cuando el cobrador es despiadado, y embota el pensamiento en la tristeza que, con frecuencia, a los morosos muy honrados conduce al suicidio.

3.- No padecer complicaciones graves de salud. Sentirse mal o con limitado brío corporal reduce la habilidad lingüística, por no poder sujetar el lapicero o accionar la computadora. Se obstruye la capacidad para escuchar, leer y para coordinar el pensamiento y escribir.

4.- Disciplina para agotar una jornada diaria ininterrumpida.Todos los días hay que tener deseo para escribir. Se precisa romper la modorra en mil pedazos, con fuerza de voluntad, sacada debajo de la tierra. La motivación y la perseverancia destruyen los escollos hasta llegar a la meta.

5.- Saber investigar y observar. Grande es la curiosidad por saber el recetario de la obesidad, del apetito enloquecido, la mentira, la gravitación del Sol, las arrugas de la piel, la traición, la guerra y el amor. Para saciar la sed de conocerlos, averiguamos pistas, buscamos detalles y recopilamos datos. Y, también recordando hechos, componemos morfemas.

Con ellos construimos conocimientos y hacemos ciencia.

6.- Adquirir amplia cultura y dominar la redacción.Todos los días, yo garabateo y tecleo palabras desde las cuatro de la madrugada, en monólogos que son viandas y un juguete relajante.

Como si tocara un piano, esa sinfonía gesta frases y párrafos que enriquecen el léxico. Si usted se acoge al itinerario precitado, con optimismo y buen tonelaje de competencia, triturará el pereque y la somnolencia que doblega en la indisciplina. Y, con belleza, claridad y precisión su vida será más fecunda y placentera.