Libre Pensar Opinión

Ese mosquito tumba y mata

Ese mosquito tumba y mata

Oscar López Reyes

El Aedes aegypti, el mosquito semidoméstico vector del dengue, que crece en criaderos, floreros con arena húmeda, tanques y otros refugios de agua de mucha duración, está infestando en altos índices, cundiendo el temor de que este insecto desencadene una epidemia de incalculables proporciones.

Un zancudo tan pequeñito, cuyas alitas se les desprenden con el más simple soplo, tumba a grandes y gordos, y no aparece fuerza humana para evitar que siga doblegado a un segmento de la población.

En África, Asia y el Caribe, esos gorgojos han comenzado a picar más al aire libre y durante el día, en vez de hacerlo en interiores y en la noche, y ha desarrollado resistencia a insecticidas generalizados y a los medicamentos que -alguna vez- fueron muy efectivos.

Además de esta enfermedad viral transmitida por mosquitos, que son muy adaptables en distintos países, en otras naciones provoca la malaria, que ha llevado a la tumba a más personas que cualquier otro patógeno.

La población tiene que hacer caso a las recomendaciones del Ministerio de Salud Pública, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Colegio Médico Dominicano, los epidemiólogos e infectólogos, y no confiar en los presuntos y sospechas, como que se puso malo o mejoró, porque torció la boca, se rascó la oreja o se expresó con lentitud o rapidez.

Generar alta credibilidad en la campaña contra el dengue y matar mosquitos a diestra y siniestra es el reclamo de la hora. ¿Qué esperan las juntas vecinales, clubes, partidos y sindicatos para salir a atrapar racimos de mosquitos en solares baldíos, alcantarillas y cacharros?.

Aparte de la inconsistencia informativa y la pobreza de la cobertura de la campaña publicitaria, el raquítico mosquito ha jugado fútbol con el Ministerio de Salud Pública, que en un principio medio se durmió. El presidente Luis Rodolfo Abinader Corona tuvo que intervenir, en una especie de socorro para dar la voz de alerta y disponer la creación de una amplia estructura para afrontar la problemática.

Si en el 2014 -en el mandato morado de Danilo Medina- la Chikungunya, también transmitida por la citada alimaña, se metió en un bolsillo a un millón de dominicanos y dislocó a los estamentos sanitarios, tenemos que apoyar la cruzada del gobierno de crear un Gabinete de Acción Contra el Dengue, prender velas y orar en las iglesias para evitar los tropezones y fracasos similar a la Chikungunya. Este brote epidémico ha de servirnos de experiencia y espejo.

Para despedazar el mosquito transmisor, partidos políticos, clubes, sindicatos y organizaciones barriales tienen que acompañar al Gabinete de Acción Contra el Dengue a eliminar criaderos, botar vasijas destartaladas, limpiar patios y ranchos, botellas, latas, chatarras, gomas viejas de vehículos, etc., y a repartir masivamente agua y acetaminofén.