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Estudiar comunicación

Estudiar comunicación

Oscar López Reyes

(I)

Exigente, versátil, emocionante y con una holgada posibilidad laboral, la comunicación social se empina en el más alto tejado de la superestructura de la sociedad y, en su inter y transdisciplinariedad, descuella como imprescindible y cada vez más influyente en todos los quehaceres. Décadas pretéritas, el médico relucía como el hada madrina real de los pobladores, pero ahora el periodista auténtico le ha sustituido en esa simbología protectora, como el portaestandarte más dinámico de esa ciencia que se funda en la conexión técnica y el intercambio de mensajes.

Resbalando por los linderos de la ignorancia, agoreros cuchichean que “todos somos periodistas”, en arreglo a que un ciudadano común -desde un celular- reporta en bruto un suceso cualquiera, que llamamos fuente, similar que un funcionario público. O porque, coyuntural y momentáneamente, “ganan” seguidores denominados “influencers”, numerosos de los cuales están acudiendo a las escuelas de comunicación, para dotarse de la formación profesional requerida para un aventajado desempeño. Y cantan retirados -por los fracasos estrepitosos- otros improvisados que machacan en digitales y redes sociales.

 En el siglo XIX (1800-1899), en el predominio del periódico, hablamos de libertad de imprenta; la centuria del XX (1900-1999) o de la incursión de la circular, el aviso, el telégrafo, el correo en carreteras y barcos, y las estaciones radiales, la identificamos como libertad de prensa y, posteriormente, como libertad de expresión y difusión del pensamiento. En el tercer milenio (desde el año 2000), con el apogeo de los audiovisuales y la internet, singularizamos el derecho a la comunicación.

Originalmente, en las universidades prosperaron departamentos de periodismo, luego los de información pública, y actualmente proliferan las escuelas de comunicación social, alfombradas por la heterogeneidad temática y una demanda sin precedentes.

En la primera clase sabatina en la Universidad Dominicana O&M, a los estudiantes de nuevo ingreso de su escuela de comunicación social, les preguntamos: ¿por qué decidiste estudiar esta carrera? Las respuestas son florecientes:

Señalaron que le atrae la comunicación y que laboran en grupos artísticos, culturales, deportivos, políticos, sociales; en canales de televisión por cable y You Tube, gobernaciones, en relaciones públicas en ayuntamientos y ministerios estatales, la conducción de programas radiales, periódicos digitales, en medios de la Iglesia Católica, como corresponsales de diarios capitalinos, en equipos de comunicación de legisladores de las provincias y dependencias públicas y corporaciones privadas.

Los alumnos sienten la necesidad de profesionalizarse en comunicación social, proyectarse servir con más eficiencia y eficacia.

Estamos contestes en que los más de 6 mil alumnos de comunicación social de la UASD, O&M, Utesa, Católica de Santo Domingo, PUCMM, Tercera Edad, Intec y Unapec darían otras respuestas amenas y geniales, en la rodada más convincente y segura. Saben perfectamente qué buscan…