No hay otra alternativa, tienen que ser los políticos
Pero, la degradación de principios y normas ha llegado a tal extremo, que lo peor ocurre con las empresas mal llamadas sindicatos, y el gran poder político que han adquirido y aplican, sin siquiera hablar del manejo de sus “dineros”, los cuales, son declarados patrimonio personal de sus “líderes”, donde solo uno de estos, declaró que sus recursos monetarios alcanzaban la módica suma de unos tres mil millones de pesos.