Madrid, (AFP) – El universo estético de Joan Miró volverá a invadir la cultura española durante el año 2009 por medio de exposiciones y libros sobre el artista que «asesinó» la pintura, con motivo del 25 aniversario de su muerte acaecida el día de Navidad de 1983.
El pintor murió en la tarde del 25 de diciembre de 1983 en la isla de Palma de Mallorca, adonde había huido en los años 50 buscando algo de tranquilidad para seguir trabajando cuando la fama le hacía ya la vida imposible en Barcelona (Cataluña, noreste).
«Hasta el último momento quería trabajar, vivía para el arte», señala al diario El País, su cuñado Lluís Juncosa, de 90 años, los mismos que tenía el artista cuando expiró.
La vida artística de Miró se resume en un completo inconformismo que le llevó a explorar distintos terrenos del arte y abrir nuevas vías en lo estético, que lo llevó a decir su famosa frase: «quiero asesinar la pintura».
«Miró, el pintor puro del periodo culminante de la modernidad, también fue un asesino estético que asestó un golpe mortal a las últimas fases del movimiento moderno y, en el proceso, abrió nuevos caminos para la práctica estética del Siglo XX», señaló el estudioso de la obra del artista, Robert Lubar.
La obra del artista, nacido el 20 de abril de 1893, acabaría influenciando a otros grandes de la pintura como Dalí o Picasso. Miró no dudó en explorar también otras técnicas como la litografía y el grabado pasando por el dibujo, el collage, o la escultura. El pintor se inició en los grabados en los años 30 durante su estancia en París.