Opinión Articulistas

Familia Almonte Bueno

Familia Almonte Bueno

Hugo A. Ysalguez

Algunas familias acaudaladas del país, pagan a escritores y a analfabetos funcionales para publicar libros, donde se destacan historias reales o maquillajes, biografías de sus parientes, algunos datos de esa fortalecen la historiografía nacional.

Otros, como la familia Almonte Bueno, una familia campesina, oriunda de un aislado campo conocido como Caimonies, sembró raíces en producción agropecuaria en algunos poblados, dejando huellas imborrables de su amor al trabajo, de integridad, honestidad y ejemplo del tránsito de su vida por estas tierras fértiles para el labriego que cada mañana, inicia su jornada dejando huellas imborrables de su trabajo.

Don Maximiliano Almonte, mejor conocido como Siliano y doña Carmen Bueno, procrearon 8 hijos y criaron y cuidaron a Víctor, un niño nacido fuera del matrimonio, y que adquirió los mismos principios, las mismas educación e igual vocación al trabajo que sus demás hermanos, guiado siempre de las enseñanzas de la pareja.

En ese núcleo familiar, creció Estela, quien fuera mi esposa y falleciera recientemente. De profesión sicóloga clínica, orientadora y maestra normal, recio temperamento, austera y frugal, era la primogénita de la familia y la precursora de buenos modales y patrones de conducta para cohabitar y socializar en esta convulsionada y agrietada sociedad.

Con unas 50 cabezas de ganado y el burro Cocolo, se trasladaron a Mao a una pequeña finca de 100 tareas en Ámina, cada quien se casó, formó familia y hoy son uno de los principales empresarios de la provincia nordestana, destacándose Arismendi, productor de más 10,000 tareas de banano y pionero en la exportación de uvas de mesa.

La hacendada Nunilda, Jesús, Leonardo, Micelsa, Maximiliano y Radhamés (fallecido) completan el cuadro de la familia Almonte Bueno.