Sube desafío
Los 13 muertos por el coronavirus de que da cuenta el último boletín de ayer del Ministerio de Salud Pública dispara la alarma sobre el rebrote de la pandemia al iniciarse la segunda fase de normalización de las actividades.
El descenso en el número de defunciones y afectados que se había registrado generó saludables expectativas sobre la desescalada, que ahora se convierten en nubarrones.
En este período se incorpora el transporte de pasajeros y los juegos de azar, exceptuando los casinos; las microempresas podrán operar a un 100%, las pequeñas en un 75 y las grandes en un 50.
También se podrán efectuar oficios religiosos, aunque limitados a los domingos. Ha sido más que evidente que si bien la gente usa mascarillas en las operaciones formales, no en todos los casos se respeta el distanciamiento.
En el Metro, los mercados y actividades callejeras se han notado aglomeraciones que violan los protocolos para contener la pandemia. El transporte en autobuses públicos, que nunca se ha caracterizado por el orden, se presenta como uno de los principales retos en la lucha contra la pandemia.
Eso de que los resultados dependerán del civismo no es suficiente para prevenir el contagio. En muchos sectores la gente no lo ha tomado con la seriedad que amerita e incluso hay quienes lo catalogan como una enfermedad de ricos.
Con la segunda fase de la reactivación las autoridades no podrán descuidarse y ahora menos con el último rebrote. En otras palabras, no se puede bajar la guardia.

