Hace muchos años que el mundo anda desbocado y que la búsqueda insaciable de dinero ha creado un individualismo irracional que atenta con valores humanos, indispensables para justificar nuestra existencia civilizadamente.
La conducta de este nuevo ser humano, llamado ‘’Homo economicus’’, que no conoce más moral que sus utilidades personales, explica que una figura como Felipe Rojas Alou, se mantenga prácticamente en el olvido, ante una sociedad, acostumbrada ya a exacerbar ‘’ sus sentimientos’’ cuando sus grandes hombres desaparecen.
No negamos que Felipe Rojas Alou ha recibido algunos reconocimientos, pero no en la magnitud que merece un ícono del béisbol mundial, un ilustre ciudadano del mundo, pero, sobre todo, un patriota a carta cabal.
Conservo un trabajo valioso del veterano periodista, ícono de la crónica deportiva, Bienvenido Rojas, donde resalta el amor a la patria, exhibido por Felipe Rojas Alou en aquellos tormentosos días en que el idiota de Lyndon B Johnson ordenó la invasión de nuestro territorio en abril de 1965.
Bienvenido Rojas anteriormente había escrito sobre las virtudes patrióticas y humanas del mayor de los Alou, pero hace poco escribió unos párrafos de antología que intituló: Felipe Alou, una montaña de patriotismo’’.Escribió el señor Rojas: ‘’ Felipe Alou tuvo el valor y la entereza de no salir al terreno de juego mientras se interpretaba el Himno de Estados Unidos, en protesta por el hecho bochornoso que estaba ocurriendo en su país’’ y luego agrega: ‘’ Felipe es un monumento de moral y patriotismo que aún no ganaba el dinero, ni había tenido los méritos que luego alcanzó con su talento en su carrera, no se amilanó sabiendo que se exponía a ser víctima de represalias raciales e ideológicas vigentes en el periodo de la Guerra Fría’’.
La parte más contundente, pero humana a la vez, la señala Bienvo con este párrafo inolvidable: ‘’ Al ser cuestionado por el gesto patriótico el ‘’ Panqué de Haina’’ respondió: ‘’ No puedo respetar el Himno de un país que está invadiendo el mío’.
Hubo momentos en que no entendíamos a Thomas Carlyle, cuando insistía en que la historia del mundo es la biografía de los grandes hombres.
El deber de quienes todavía no han sucumbido al nuevo mundo que rige don Dinero, es sacar de la ‘’sombra’’ a figura como Felipe Alou y mostrarla a nuestros niños y jóvenes como un trofeo de guerra ganada.
La historia debe de ir de la mano con la justicia. Nadie debe avergonzarse por rendir culto a los héroes. Felipe Alou merece una distinción del tamaño de su patriotismo.
Por: Ramón Rodríguez
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