Félix D’Oleo

Como artista, Félix D’Oleo no precisa de referencias, pues si acaso no todos, deben ser pocos los rincones de este país que le faltan por recorrer con su guitarra a cuestas para raspar sus cuerdas y entonar hermosas melodías. Aunque son muchos los años que se han desprendido del calendario desde que “Loco, loco por ti” se escuchó por primera vez en la radio, es imposible sustraerse a la tentación de corear esta expresión de su genio musical cuando la suena la radio.

Atraído por esa corriente que ha llevado a Rubén Blades, Willie Colón, Arnold Schwarzenegger, Shirley Temple, Jesse Ventura, Clint Eastwood y muchos otros artistas a incursionar en política, D’Oleo aspira ser nominado por el PLD como diputado por Elías Pina, provincia polvorienta que se ahoga en sus múltiples precariedades económicas. Problemas sanitarios, la deforestación, el robo de ganado, la carencia de empleos y de suministro de energía eléctrica, son parte de los problemas que campean en esa provincia olvidada por las autoridades. Es claro que llevar a D’Oleo a ocupar una curul no será la panacea, pues la solución de las referidas carencias y necesidades es responsabilidad de otras instituciones públicas.

A pesar de que buen juicio y sentido común le sobran a D’Oleo para razonar con tino, es probable que su voz de noches bohemias no resuene en el Congreso para promover legislaciones. Pero de algo puede Elías Pina estar segura, y es de que sería un buen legislador comunitario, portavoz de sus quejas e insatisfacciones, delegado activo de los reclamos que urgen ser atendidos para ayudarla a salir de la extrema pobreza en que se consume. Y sin importar cual sea el resultado de este nuevo reto suyo, D’Oleo debe saber que nunca faltarán lugares que lo acojan cariñosamente con su guitarra para cantarle al amor, al desamor y a la vida.