Editorial

Firme, sin excesos

Firme, sin excesos

Al expirar hoy el plazo de inscripción en el Plan de Regularización Migratoria, lo que procede pura y simplemente es cumplir con la ley, sin excesos y con absoluto respeto a los derechos de los inmigrantes indocumentados que serían objeto de repatriación.

Desde hoy, el Estado nacional reasume su prerrogativa de diseñar, administrar y practicar un estatuto de control migratorio sin discrimen o privilegio, lo que significa que no solo se ejerce el derecho a la deportación, sino también a evitar el ingreso a su territorio de extranjeros ilegales.

No se requiere de abruptas jornadas de detención y repatriación de extranjeros no acogidos al Plan de Regularización Migratoria, pero sí de continuidad, supervisión y vigilancia, a los fines de que la inmigración futura se acoja a la legalidad.

Es previsible que a partir de hoy se recrudezca la campaña internacional que desde hace muchos años se realiza contra el gentilicio dominicano, al que se acusa de xenófobo y de pretender desnacionalizar a cientos de miles de nativos de origen haitiano.

Ante esa infamia debe prevalecer la firmeza del Gobierno en cumplir con el conjunto de normativas legales y legítimas que trazan la nueva política de control migratorio, siempre basado en el más amplio sentido de respeto a la dignidad humana, pero sin debilidades ni dobleces.

El cumplimiento de la ley no debería drenar los principios de solidaridad y de buena vecindad entre Haití y República Dominicana, porque a lo que se aspira es a que nunca más se desborde el flujo migratorio oeste-este y que la diáspora haitiana sea revestida de legalidad y de derechos laborales y sociales. Corresponde al Gobierno de Haití acoger a sus nacionales repatriados y ofrecerles adecuadas condiciones para que puedan insertarse junto a sus familias en una sociedad obligada a generar mínimas condiciones de convivencia humana.

Hoy, cuando concluye el Plan Nacional de Regularización Migratoria, se inicia una nueva era en las relaciones dominico-haitianas basada en la solidaridad, cooperación, comprensión, pero signada también en absoluto y firme control migratorio.

El Nacional

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