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Fiscales en la picota

Fiscales en la picota

Luis Pérez Casanova

Quien se suponía que sería el punto más luminoso en la actual gestión ha quedado lejos de satisfacer las expectativas generadas por su designación en la Procuraduría General de la República.

Y no por falta de voluntad, sino porque doña Miriam Germán Brito ha tenido que lidiar con una compleja estructura burocrática, en la que muchos de sus integrantes se han resistido, de una forma u otra, a integrarse al nuevo modelo que se ha tratado de implementar para convertir el Ministerio Público en real representante de la sociedad.

Los signos comenzaron a notarse desde un principio sin que la alarma haya dejado de sonar. Ahora, como otro eslabón de una larga cadena, está el caso del titular de la Procuraduría General Adjunta para el Sistema Eléctrico (Pgase), Francisco Polanco Ureña, quien ha sido suspendido en el marco de una investigación sobre un supuesto fraude fiscal en las facturaciones.

La suspensión no significa que Polanco Ureña tenga algún tipo de responsabilidad en las presuntas irregularidades, pero sí deja mucho que desear que su nombre se agregue a una larga lista de miembros del Ministerio Público relacionados con faltas o violaciones en el desempeño de sus funciones.

Entre los escándalos ha habido algunos tan llamativos como el de la fiscal de La Romana, Carol Morla Rodríguez, quien tras ser detenida por conducir un vehículo sin placa en horas de la noche declaró que la unidad se la había asignado el propio Ministerio Público para un operativo de narcotráfico en Higüey. De la investigación que se ordenó nada se ha sabido, aunque intrigó que en una misión tan arriesgada la magistrada anduviera sola y sin guardaespalda.

La relación de fiscales interrogados por falsificación, tráfico de personas y muchos otros delitos es larga.

El velo de silencio que ha rodeado los procesos los torna más intrigantes. En el caso de Polanco Ureña sorprendió que la procuradora Germán Brito se quejara y anunciara una investigación para establecer sanciones por la filtración de la pesquisa, pues se supone que lo importante es determinar las implicaciones y actuar en consecuencia si en verdad el fraude fiscal se cometió.

Por su trayectoria, integridad y competencia profesional la procuradora Germán Brito goza de respeto y admiración en amplios sectores. Es más que su sobrada su lealtad a los procedimientos.

Pero con todo lo que se ha visto si no acelera la reestructuración de la entidad que preside es probable que concluya su ejercicio con más pena que gloria. Y peor todavía para su imagen cuando de los grandes escándalos de corrupción que se han denunciado e investigado no hay una sola sentencia.