Por: Ramón Rodriguez
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Cada día es más notoria, la tendencia de los pueblos a olvidar a sus grandes protectores. No es una casualidad, la misma asimetría en la educación, hace que millones de niños en el mundo, no asistan a las escuelas y mueran sin conocer a los grandes líderes que han ofrecido sus vidas luchando contra la desigualdad y el derecho a la felicidad que tienen los ciudadanos del mundo.
Veintiún años antes de que naciera Carlos Marx, François Babeuf, entregó su cabeza a la cuchilla de la guillotina, al intentar derribar el directorio, con la consigna de la ‘’Revolución de los iguales’’. Babeuf, injustamente olvidado, desarrolló toda una teoría política, donde proclamó la igualdad de goces.
Desde su ‘’Tribun du Peuple’’, François Babeuf intentó dar seguimiento a una Revolución Francesa inconclusa que cayó en manos de Napoleón Bonaparte, quien sí pudo derribar el directorio con el golpe de Estado del 18 de brumario y poner ‘’el mundo’’ a sus pies.
El Babuvismo fue un movimiento innovador, atrevido, cuyas ideas han tenido vigencia en el tiempo, pues la ley que expide el presidente Benito Juárez, sobre la nacionalización de los bienes eclesiásticos en 1859 en México, Babeuf lo había planteado 60 atrás, con la idea de fueran distribuidos entre los campesinos.
Los cientistas políticos modernos, coinciden en que Babeuf fue un precursor del comunismo, fantasma que Carlos Marx iba a echar andar por todo el mundo con su manifiesto de 1848.
El mundo cada día es más desigual. Un 2 % de la población mundial acumula más riquezas que el 98 %. La brecha entre ricos y pobres se ahonda irremediablemente. Cada día más niños desayunan con un padre nuestro y cenan con un ave maría.
Los Rockefeller, Morgan, Du Pont, Rothschild, Bush, entre otras familias, han hecho todo lo posible para que vivamos en un mudo injusto y en permanente pobreza. Sin embargo, las ideas de igualdad de goces y derecho a la felicidad que enarboló François Babeuf, germinan en cualquier niño desamparado de nuestra América.