Es vergonzosa la cultura de “no servicio” de muchos políticos de nuestro país, pues a pesar de que realizan muchas promesas durante su tiempo de campaña y hablan de su deseo de llegar a ocupar puestos en el tren gubernamental para servir al pueblo, aun con acciones tan pequeñas como el paso en el tránsito muestran lo contrario.
Puede que existan sus excepciones, como en todo en la vida, pero como siempre los que más resaltan son aquellos que lo hacen mal.
¿Qué ciudadano, sobre todo en la capital, no ha tenido que retrasarse de camino al trabajo, al colegio de sus hijos, a una reunión importante o hasta camino al hospital, porque algún funcionario va a pasar por una calle y todos los que transitan por ahí son obligados a cederle el paso, aunque ese “servidor público” no tenga la mínima urgencia?
Creo que esto debe de ser un tema que lleve a la reflexión a los funcionarios, porque no veo justicia en este tipo de accionar. Ellos deben ser ejemplo para la ciudadanía y deben ser quienes modelen la mejor conducta ciudadana, y no creo que lo hagan cuando en lugar de dar el paso, se lo quitan aquellos que sí salieron a tiempo de sus hogares.
En esta carta no me refiero al Presidente y la Vicepresidenta, aunque este también sería un tema más delicado y de larga reflexión, hablo de los cientos de funcionarios que tiene nuestro país que detienen la circulación o se saltan las reglas en las vías sin que ningún agente de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) pueda multarlos.
Debe existir un “código moral” o algún tipo de ley dentro de nuestros políticos que detenga esta práctica, que es abusiva para los ciudadanos que les dieron su voto llevándolos al poder.
Bien dijo Jesús, pero entiendo que esto no le hace mucho sentido para aquellos que realizan esta y otras acciones cuestionables, “es mejor servir que ser servido.”
Es tiempo de que nuestras autoridades den ejemplo de servicio a la sociedad y no solo se quede en promesas de campaña.
Estoy segura que diariamente no son pocas las personas que en Santo Domingo han tenido que retrasarse por esa costumbre de los funcionarios del Gobierno de parar el tránsito a su paso, pero con uno solo que se decida transitar como un ciudano común creo que puede iniciar una diferencia. ¡No olviden que están para servir al puedo y no para servirse de el!
Luz Sanny del Rosario Periodista