Sin importar el bien ganado prestigio de la firma Gallup ni la elevada reputación personal y profesional de su presidente Rafael Acevedo Pérez, es lo más lógico que la oposición trate de desacreditar la encuesta que en conjunto le otorga un 42% en la preferencia del electorado para las votaciones presidenciales de 2024, distribuido en un 26 para Fuerza del Pueblo, y 16 para el PLD. Guardar silencio sería como aceptar una derrota por anticipado, por lo que al estudio había que buscar los elementos más vulnerables para levantar el ánimo de parciales y potenciales simpatizantes. La gente, es más que sabido, no suele apostar a caballo perdedor.
La encuesta, como cualquier estudio de opinión, podrá tener sus incongruencias. No hay que ser un experto para captar que no siempre hay correspondencia entre lo que se vive y lo que se manifiesta. Los estrategas opositores que salir al frente en un examen genera una corriente de simpatía y de contagio que por lo regular solo suele revertirse cuando se produce una crisis de grandes proporciones.
Pero además de la solvencia de Gallup, la firma que más ha acertado en sus evaluaciones electorales, el examen cuenta con ingredientes que le dan más crédito, entre los que cabe destacar el hecho de que fue auspiciado por el grupo RCC Media, presidido por el exitoso y joven empresario Antonio Espaillat, a quien por lo menos en el pasado se relacionó con los gobiernos de Leonel Fernández y de Danilo Medina. Al margen, por supuesto, de que haya razones para otorgar ese 53.% a Abinader, que algunos consideran conservador.
Además de la capacidad de trabajo y la cercanía con la gente, el mandatario ha tenido que lidiar con una crisis tras otra desde que asumió el poder y, para colmo de males, con un gigantesco déficit institucional que ha obstaculizado que se avance con más rapidez en la solución de muchos casos. También tiene a su favor factores que tienen que ver con la moral opositora, entre los que se tienen que citar la sombra de la corrupción.
Pero la reacción frente a la encuesta Gallup-RCC es, en honor a la verdad, la que aconsejan las circunstancias. De hecho, en el pasado el PRD, antes de la división de la que salió el PRM, se expresó de la misma manera ante los estudios de la firma que ponían al PLD en primer lugar en la preferencia del electorado. Esos resultados, sin importar que se correspondan con la percepción del momento, hay que tratar de invalidarlos para que los equipos de trabajo no se desalienten ni los potenciales electores se vayan por otro camino.
Que no se consiga desacreditar la encuesta ni modificar el sentir que se advierte en el electorado son otros quinientos. Pero es claro que la oposición no puede rendirse sin echar el pleito.