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Geopolítica y economía

Geopolítica y economía

Rafael T. Jaime

Este 2025 nos trae un año de muchas expectativas sobre el las crisis políticas, las guerras y confrontaciones regionales, el avance de los poderíos nucleares de Rusia, Estados Unidos, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Irán y la emergencia de Turquía, aunque muy dependiente aún de las tecnologías rusas y Estados Unidos.

Tendremos un Medio Oriente en relativa calma a principio de año, pero en constante movimiento inestabilidad por el militarismo israelí, el crecimiento y fortalecimiento de Hamás y Hezbolá, pese a la pérdida de sus principales dirigentes, pero con mayor firmeza y nuevos mecanismos y métodos de lucha contra sus enemigos fascistas de Israel.

Además, el gran desafío que significa Taiwán para Estados Unidos y el Indo Pacífico con China como amenazas, que cada vez más avanza económica, científica y tecnológicamente, no obstante al desarrollo alcanzado por Estados Unidos en esas áreas en busca de no perder poderío e influenza mundial.

En este 2025, Rusia seguirá su crecimiento y ampliando su poder militar y geoestratégico con el fortalecimiento y expansión de su poderío militar y relación e influencia en los países África y Medio Oriente, donde las potencias occidentales van perdiendo influencia y son cada vez más rechazadas y expulsadas.

En América y el Caribe, con el regreso de Donald Trump al Gobierno de Estados Unidos habrá una mayor influencia económica, presión política y militar, así como expansión de sanciones contra Venezuela, Nicaragua, Honduras y Cuba, y un mayor interés del Pentágono en influir en los asuntos internos de Suramérica y el Caribe, para garantizar mercados de materias primas y destinos de sus exportaciones y explotación de sus riquezas naturales.

Está influencia estará dirigida a dar mayor apoyo a las organizaciones fácticas de la sociedad civil de esas naciones, para enmascarar los presupuestos dispuestos para esos fines e impulsará las llamadas candidaturas independientes con el objetivo de debilitar los partidos tradicionales.

Pese a las bravuras de Trump, en Latinoamérica el militarismo no está ni estará en la agenda de Trump.
En lo económico, los países occidentales seguirán en una pendiente negativa, por su apuesta a la guerra en Ucrania y la crisis que han creado en el mercado mundial del petróleo, del Gas Natural y las energías, por lo que más gobiernos continuarán en caída política, lo que dará posibilidades a que emerjan partidos de la derecha o candidatos independientes a la influencia occidental.

Aunque Trump ha hablado de parar la guerra, pensará muy bien cómo y cuándo hacerlo, ya que Estados Unidos ha sido el mayor favorecido con las ventas de su petróleo y combustibles fósiles, así como por la venta de armas.