Problemas de salud, me han obligado a retirarme del programa que produzco los sábados a las ocho de la mañana en el Canal 32.La Diabetes y otros inconvenientes, provocaron mi aislamiento de los debates políticos, sociales y deportivos.
Gracias a los médicos que me atendieron, he podido superar esa situación para volver a escribir mi modesta columna en el periódico EL NACIONAL.
Confieso que estaba desesperado por mejorarme para felicitar al presidente Luis Abinader por su valentía de retirar el Proyecto de Ley de la Reforma Fiscal en la República Dominicana. Con su decisión, el Primer Mandatario de la Nación acaba de echarle un gran tanque de agua a todas las dinamitas que personeros de la oposición política del país estaban preparando.
Esos sujetos, soñaban diariamente con el caos que se presentaría en toda la nación. Cinco minutos fueron suficientes para que Abinader convenciera a los dominicanos, una vez más, de su interés por el progreso de la patria.
Estoy seguro de que el Primer Ejecutivo de la nación ha enseñado que es una persona que tiene gran tino y sabe cuándo debe recficar.
Estimo que, Abinader, ha dado una gran cátedra en torno a saber cuándo un presidente debe dejar sin efecto una determina decisión que podría poner en peligro la estabilidad de nuestro país.
Los desplazados del Poder Político, se quedaron «oliendo donde guisan».