Opinión Articulistas

Guerrasy economía

Guerrasy economía

Rafael T. Jaime

Las grandes potencias y Occidente han recurrido al recurso de las guerras y el armamentismo para reactivar sus economías, para cuyos fines instrumentalizan a sus ciudadanos utilizando magnificadamente los medios de comunicación y mediante el uso de frases y términos que son fáciles de digerir y asumir, a nivel local e internacional, emprenden acciones militares, sea para extender su dominio territorial, adueñarse de los recursos naturales de otras naciones o para convertirlas en destino de sus productos y servicios, expandiendo así sus negocios e influencias política y económica.

En el caso de Estados Unidos, para invadir a República Dominicana usó en 1916 como alegatos la inestabilidad política y garantizar el pago de deudas obtenidas durante el Gobierno de Ulises Hereaux (Lilís), tomada para fines desarrollistas, como el tren de cargas y pasajeros desde Sánchez (Samaná) y La Vega, y sostenimiento presupuestario, que por los bajos niveles de ingresos del Estado el país no podía pagar.

La segunda intervención de 1965 la nación norteamericana utilizó el argumento de venir a “salvar vidas”, ante la petición de las jerarquías militares de entonces ante el avance de las fuerzas cívicas y militares que buscaban reponer el gobierno de Juan Bosch, destronado el 25 de septiembre de 1963, por un golpe militar en base a alegatos de “comunista”.

Recordemos que iguales argumentos los dispuso para invadir a Cuba en su fracasado intento golpista por la Bahía de Cochinos, con el fin de deponer al gobierno revolucionario de Fidel Castro en 1961, para establecer un régimen acorde a sus intereses.

Luego, en la década de 1990 y principios de la del 2000, sabemos de los elementos “justificativos para bombardear a Yugoslavia, invadir a Irak, Afganistán, armar a las milicias contra el Gobierno de Muhamar kadafi en Libia y sus fracasados proyectos contra Irán, Corea del Norte y Siria.

Más, actualmente, podemos citar a Ucrania, cuyo conflicto militar con Rusia fue utilizado por el Gobierno de Joe Biden para supuestamente apoyar al régimen de Volodymir Zelenski y evitar la expansión territorial de los rusos, pero fundamentalmente para afianzar su influencia política, militar y económica e impulsar su industria armamentista y reactivar la economía estadounidense, afectada por los contínuos déficits fiscales, las deudas y el desempleo.

Con esos fines, Biden logró que el Congreso le aprobara miles de millones de dólares para rearmar a Ucrania e Israel, porque alegó que activaría la economía, generaría más empleos e ingresos e incrementaría el consumo interno y las exportaciones, a la vez que imponían sanciones a las ventas petroleras, al desarrollo tecnológico y militar de Rusia y suponía que afectaría su economía.