Hace algunas semanas, le escribí al presidente de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional, Diego Pesqueira, intentaba alertar sobre una información recibida sobre la posibilidad de que la versión 46 de la justa de baloncesto distrital, quedara desierta, atendiendo al hecho de que todas las instalaciones donde podría jugarse, están siendo remozadas con miras a los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
El presidente de ABADINA, prefirió usar la estrategia del silencio, olvidando que en estos tiempos, no hay nada oculto debajo del sol y peor aún, pasó por alto que en tiempo de posverdad, es un alto riesgo dejarlo todo a la especulación, que es lo que acontece al momento de escribir estos párrafos reflexivos sobre un evento que trasciende lo meramente distrital, pues hay algunos equipos como el Mauricio Báez, San Lázaro y San Carlos que tienen seguidores a nivel nacional por su larga permanencia en la justa.
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Existe una realidad innegable: El Palacio de los deportes, Virgilio Travieso Soto, está siendo reparado y estará en condiciones el próximo año. El Palacio de Voleibol, Ricardo -Gioriber- Arias, está siendo remodelado de igual manera. Se tiene la esperanza de que podría permitirse su uso para la justa, a sabiendas de que no está totalmente arreglado.
Hay muchas cosas en juego. Los dueños de los equipos: Barias, Millón, Bameso, San Carlos, Mauricio Báez, Los Prados, Huellas del Siglo y San Lázaro, no pueden establecer ningún acuerdo contractual con las empresas, sin tener una seguridad del lugar donde se llevará a cabo la justa.
El Torneo de Baloncesto del Distrito está en su mejor momento. Sin lugar a dudas que este Comité Ejecutivo que encabeza Diego Pesqueira, ha impulsado positivamente la justa. Tener a José Ignacio Paliza como presidente del Comité Organizador, es una buena carta, pero hay cosas que no están en manos del alto funcionario, me refiero al tiempo que necesitan las instalaciones para ser totalmente remozadas.
Pienso que el silencio no es el mejor aliado para la ABADINA y el Comité Organizador del torneo. Los millones de seguidores del tradicional evento, que lo hacen posible con su asistencia y seguimiento a los partidos, tienen el derecho a saber, cuál es la realidad. Igual derecho tienen los empresarios que invierten millones de pesos.
El presidente Luis Abinader, el ministro de la presidencia José Ignacio Paliza y el ministro de Deporte Kelvin Cruz, saben perfectamente el impacto social positivo del torneo distrital. Urge pues, hacer todo lo humanamente posible para que la juventud dominicana grite: salto al centro, aunque haya que bajar una estrella del firmamento.
Ramón Rodríguez