Opinión Articulistas

Haití: intentar

Haití: intentar

Chiqui Vicioso

(y II)
Fíjense que al hablar de Haití y mencionar que hay que dotar las embajadas en Francia y Haití de personal no solo técnicamente capaz, con conciencia racial y entrenamiento en mediación, he dejado la Embajada del Canadá para último, porque Canadá alberga hoy la comunidad haitiana más numerosa, tuvo una gobernadora de origen haitiano; y sus inmigrantes pueden jugar un papel fundamental en la reconstrucción del país vecino.

En Canadá, Michel Cohen fue considerada como la mejor embajadora que hemos tenido, y soy testigo. Por su condición de judía, Michel pertenecía a una comunidad donde el Rabino era como padre de Trudeau. Ello permitió que para el rescate de los jóvenes atrapados en Maimón, Michel pudiera tramitar vía ese Rabino la solicitud del presidente para que Canadá nos facilitara el equipo técnico, maquinaria y avión para salvarlos, gestión que no le costó al país un centavo.

Vi a Michel en Ontario reunirse con los ejecutivos de las mineras que operan en el país, y observé como para encontrarse con ellos, pasó varios días estudiando la historia de la minería en Canadá, lo que le permitió negociar con propiedad, y les llenó de asombro, porque nunca habían conocido a una dominicana, que además habla siete idiomas, experta en Legislación Internacional.

También la acompañé a una reunión con dos jóvenes mujeres cancilleres, del Canadá y Australia, admiradas de que por primera vez tuviésemos una embajadora joven, trabajólica y capaz; como también lo hizo el embajador estadounidense, quien le ofreció el único almuerzo a alguien de la región, al cual la acompañé, cuando fui a impartir talleres de género para el personal de la Embajada y comunidad dominicana en Montreal.

Perder un recurso así, innecesariamente (algo que luego se trató de justificar maquiavelicamente) es algo que ameritaría una Serie de suspenso de Netfix, pero si se quiere una embajadora que pueda jugar un rol en la relación con la comunidad haitiana, con acceso al primer ministro y poder politico es ella, con un equipo técnico no contaminado…

¿Para proponer qué? ¿En Haití, Francia y Canadá? Que Francia apoye el traslado y asentamiento de un millón de jóvenes haitianos a la Guyana francesa, su territorio de ultramar, donde apenas habitan 250,000 personas, en un territorio que es más grande que Portugal, y como es lógico la gente habla francés y creole, y hay solo diez mil franceses que trabajan en una ¿necesaria? estación espacial.

Si Francia facilita ese traslado, no solo descompresaría el territorio, sino que contribuiria al bienestar de por lo menos cinco millones de haitianos, pues se estima que cada emigrante mantiene por lo menos a cinco miembros de su familia.
¡Intentemoslo!