William J. Astwood
williamastwood@gmail.com
También llamada procrastinación no es más que el acto de retrasar o posponer tareas importantes y necesarias, sustituyéndolas por actividades menos relevantes
En la sociedad dominicana hemos venido notando, en la medida que pasa el tiempo, que las personas se muestran cada vez más desinteresadas en proyectos y cumplir con los compromisos asumidos.
Los que les tratan los suelen ver como haraganes, ya que no se interesan en realizar ni siquiera los compromisos inmediatos que tienen y asumen una irresponsabilidad ante las cosas pendientes.
A esta conducta inadecuada los psicólogos les llamamos procrastinación, esta no es más que el acto de retrasar o posponer tareas importantes y necesarias, sustituyéndolas por actividades menos relevantes o más placenteras, incluso a pesar de ser conscientes de las consecuencias negativas.
Esta puede manifestarse como una falta de motivación, miedo al fracaso o al esfuerzo asociado a la tarea, y a menudo genera sentimientos de culpa, frustración y ansiedad en la persona que la práctica.
Muchos son los dominicanos que muestran este comportamiento, profesionales, trabajadores, estudiantes y hasta políticos, pues vemos que estos últimos, viven procrastinando soluciones inmediatas a problemas del país al formar comisiones que nada resuelven y que dejan la situación como está.
La procrastinación en nuestro país, se está ramificando como una epidemia, que puede resultar peligrosa. La consulta psicológica se llena con casos de esta naturaleza, pues ya no solo es en el estudiante que está proliferando, sino en todos los ámbitos sociales y culturales y va corroyendo la mentalidad humana a un nivel, de tener temor a no cumplir las expectativas o a que el resultado no sea el esperado.
Es común el miedo al fracaso, cuando se pretende ser perfecto, lo que hace difícil empezar la tarea. Es muy común la ausencia de entusiasmo o interés en la tarea lo que puede llevar a su posposición; también el sentirse abrumado por la cantidad de trabajo pendiente puede generar la necesidad de posponer cualquier actividad.
Nuestra sociedad esta procrastinada pues es común escuchar a la gente decir: voy a hacerlo después, eso lo hago de una vez, no se toma tanto tiempo, faltan muchos días. Pero esa conducta inadecuada deteriora el funcionamiento emocional del individuo, pues cuando llega el momento de mostrar resultados, lo que se tenía que hacer, no está hecho.
Esto deja como consecuencias: problemas personales y profesionales (Proyectos estancados, oportunidades perdidas); Efectos negativos en la salud mental (Sentimientos de culpa, frustración, ansiedad y baja autoestima); Estrés acumulado (La acumulación de tareas pendientes genera un ciclo de ineficacia y estrés) e Impacto en la productividad (Dificultad para mantener la atención y cumplir con las responsabilidades diarias).
¿Cuántas personas que nos rodean padecen de esta inconducta tan debilitante y humillante? Son muchas las que en silencio luchan con esta adversidad mental, pues están conscientes de padecerla, pero no pueden enfrentarse solos su eliminación.
¿Cómo podemos combatirla? Estableciendo metas claras y realistas. Dividiendo las tareas en pasos más pequeños y manejables y practicando la autorregulación emocional, aceptando las emociones asociadas a la tarea y avanzando a pesar de ellas.
También buscando apoyo social y personal y compartiendo tus metas con amigos o familiares para aumentar tu responsabilidad. A nivel perceptual, debes diferenciar lo importante de lo urgente, estableciendo prioridades para abordar las tareas más relevantes.
Procrastinar es postergar o diferir tareas importantes, incluso cuando se tiene la posibilidad y el tiempo para hacerlas. Puede afectar acciones, conductas o la toma de decisiones, y no se trata de una forma de pereza, ni de mala gestión del tiempo, sino de una dificultad para regular las emociones y enfrentar requisitos demandados.
Las personas que procrastinan son conscientes de las consecuencias negativas que implica esta tendencia.
Entre ellas, podemos encontrar problemas de salud, pérdida de oportunidades o abandono de proyectos, una especie de frustración, ansiedad y baja autoestima que se manifiestan en el individuo, creándole inseguridades y dificultades en su realidad interior que contrastan con la realidad.
Es importante una revisión adecuada de nuestra estabilidad emocional y mental para evitar males mayores.
El autor es Dr. en Psicoterapia cognitiva.