Editorial

Hay que trabajar

Hay que trabajar

La política es consustancial con la democracia, por lo que su ejercicio pleno es indicativo de saludable vigencia de pluralidad ideológica, pero la sociedad también requiere dedicar tiempo al crecimiento de la economía, en el propósito de alcanzar un anhelado estadio de progreso y equidad social.

En ningún modo se critica que líderes, dirigentes y ciudadanos ordinarios ejerzan el activismo político con pasión y dedicación, pero todo en exceso hace daño, como sería abrir las compuertas de una campaña electoral a destiempo.

Desde el Gobierno, partido oficial, oposición política y grupos emergentes se ha desatado un inusitado proselitismo que hace pensar que las elecciones presidenciales y congresuales están al doblar de la esquina, sin entender que no por madrugar amanece más temprano.

Una intensa y desproporcionada campaña electoral pretende distraer al Gobierno y a la población de metas concretas que deben cumplirse antes de dos años o al menos dejarse bien encaminadas, si de verdad se quiere que el país en su conjunto no incurra en nuevo traspié económico o institucional.

Se acepta como bueno y válido que los partidos celebren en estos tiempos sus convenciones para renovar cuadro directivo o escoger candidatos a cargos electivos, pero el exceso conspira contra intereses colectivos y de propios intereses partidarios.

Una enorme carpa de proselitismo electoral se levanta sobre la geografía nacional, donde se promueven la reelección presidencial, los retornos de dos ex presidentes de la República, otras ocho candidaturas visibles, tres nuevos partidos de transportistas, entre muchas otras opciones.

La ley electoral establece la fecha oficial a partir de la cual se autoriza a partidos y candidatos a realizar campaña electoral, pero a pocas semanas de instalado el Gobierno del presidente Danilo Medina se desataron los demonios de las ambiciones desmedidas, lo que -se repite- distrae la atención ciudadana sobre temas mayores y pone en peligro la posibilidad de que el Mandatario pueda cumplir cabalmente con su programa de gestión.

Resulta ya muy difícil poder retornar a tantos corceles a la gatera de la racionalidad, pero es preciso reclamar a candidatos y partidos sensatez, cordura, moderación, porque no solo de campaña electoral vive el hombre. También hay que trabajar.

El Nacional

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