Editorial

Herencia del 30 de Marzo

Herencia del 30 de Marzo

La Batalla del 30 de Marzo, de la que hoy se cumplen 171 años, constituye junto a otra escenificada once días antes en Azua, los episodios bélicos que consolidaron por siempre la gran empresa de la Independencia Nacional, proclamada por los trinitarios el 27 de febrero de 1844.

Hace falta que presentes y futuras generaciones abreven en la fuente de la historia para que amplíen conciencia sobre la trascendencia de ese evento, en el que un bisoño ejército independentista derrotó a otro de herencia napoleónica que lo triplicaba en número de tropas, armas y municiones.

La plaza de Santiago se colmó de gloria cuando los patriotas al mando de los generales José María Imbert y Fernando Valerio, sostenidos en el valor y la intrepidez de su infantería y avanzada de macheteros, lograron vencer a las tropas haitianas del general Jean Lois Pierrot.

Al conmemorar tan extraordinaria efeméride, buenos y verdaderos dominicanos rinden tributo a los héroes del 30 de Marzo, con la solemne promesa de custodiar y defender la independencia, nacionalidad y soberanía heredada de los fundadores y forjadores de la República.

Fracaso

El secretario general de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC) ha señalado que fracasaron los esfuerzos por lograr consenso en torno a una posible modificación del Código Laboral, lo que se recibe como una mala noticia.

Gabriel del Río dijo que no hay posibilidad de que empresarios y dirigentes sindicales arriben a algún tipo de acuerdo, sino hasta después de las elecciones generales del próximo año, clara señal de que aquí no se cultiva el diálogo.

Con el fracaso de las conversaciones obrero-patronal también se pospone el anhelo de un aumento general de salarios, con lo cual los platos rotos de nuevo se cargan a los empleados y trabajadores, que deberán seguir “halando aire” hasta nuevo aviso.

Al gobierno del presidente Danilo Medina le corresponde la obligación de insistir e influir para que empresarios y dirigentes sindicales retornen a la mesa de negociación, porque todos deberían saber que ante la ausencia de diálogo se cuela la confrontación.

El Nacional

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