El expresidente Hipólito Mejía se ha convertido en una suerte de vocero de los sectores que defienden la regularización de la mano de obra haitiana.
Asociaciones empresariales, productores agrícolas y compañías inmobiliarias han señalado que las deportaciones de haitianos indocumentados se han reflejado negativamente en esos sectores.
Pero por más necesaria que pueda ser la mano de obra haitiana en la agricultura, la construcción, el turismo y otros sectores cualquier decisión en ese sentido tiene que adoptarse por consenso y con apego a las leyes.
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El Consejo Económico y Social (CES) es el escenario más adecuado para analizar la pertinencia de la regularización de la mano de obra haitiana.
Si bien procede la liberación de prejuicios sobre la migración haitiana, cualquier decisión que se adopte al respecto en modo alguno puede ser de manera aislada.