En un ambiente de alabanzas al Señor y donde el júbilo y alegría eran notorios en los presentes, la Iglesia Monte de Dios realizó la noche del pasado viernes una boda múltiple, en la que 69 parejas contrajeron matrimonio y renovaron sus votos, con la promesa de amarse hasta que la muerte los separe.
La ceremonia, que esta congregación cristiana hace cada año, fue realizada su sede de la avenida John F. Kennedy, en la capital, y comenzó con el desfile de las parejas, acompañado de música de adoración a Dios.
Los pastores Miguel y Montserrat Bogaert destacaron la importancia del pacto matrimonial y cómo este paso de fe impacta a sus generaciones; ya que las parejas se convierten en una sola carne, para vivir el uno para el otro.
“Para que sean fortalecidos como matrimonios necesitarán afianzarse en la Palabra de Dios, en la oración y la fe. Además, a partir de este momento no serán dos, sino tres porque Dios mismo atestigua la unión”, expresó el apóstol Miguel Bogaert.
De igual forma, la profeta Montserrat Bogaert recomendó que “para lograr la transformación de los matrimonios y familias es imprescindible tener a Dios como centro en el hogar y darle el primer lugar, perdonar y dejar que Dios sea el que sane todas las heridas que haya en el corazón, además de confiar en que Dios traerá la restauración en el matrimonio”.
Previo a la celebración de la Boda Colectiva, las parejas participaron en la Escuela de Nuevos Creyentes, siendo instruidas en los principios bíblicos.
Además, fueron bautizadas y formalizaron su unión mediante el registro civil.
Luego que consagran su unión en la tradicional Boda Colectiva, las parejas reciben consejería y seguimiento conforme a sus necesidades, y son invitadas a participar en las diferentes actividades que se desarrollan en la Iglesia Monte de Dios, como conferencias y retiros para matrimonios.
Asimismo, exhortó a los hombres a amar y cuidar de sus esposas como Cristo lo hace con su iglesia, mientras que a las mujeres estimuló a ser respetuosa de sus maridos y a ser sumisas a ellos, como manda la Escritura.
Finalmente resaltó que cada pareja es discipulada con principios bíblicos y que mantienen una formación constante en los valores cristianos.