
Abogan por un régimen transformador de forma integral, enfocado en la rehabilitación y reinserción social de las personas privadas de libertad
Santo Domingo. – El sistema penitenciario dominicano debe dejar de ser un mecanismo de castigo y convertirse en una herramienta para la reintegración y la dignificación de las personas privadas de libertad.
Así lo propusieron autoridades eclesiásticas, judiciales, académicas y comunitarias durante el IV Conversatorio Nacional organizado por la Comisión Nacional de Pastoral Penitenciaria y la Universidad Católica Nordestana (UCNE).
El evento, titulado “Peregrino de esperanza”, forma parte del ciclo de encuentros rumbo al Año Jubilar 2025, y abordó los cinco pilares de la pastoral penitenciaria: prevención del delito, tratamiento penitenciario, reinserción social, atención a víctimas y familiares, y acompañamiento a personas ya reintegradas a la sociedad.
Durante el acto, monseñor Ramón Alfredo de la Cruz, obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, enfatizó que las cárceles no pueden ser “fábricas de castigo”, sino lugares donde las personas recuperen su dignidad. “Apoyamos un modelo penitenciario que vea al interno como una vida con esperanza, no como un problema”, expresó.
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El padre Fray Arístides Jiménez Richardson, secretario ejecutivo de la Pastoral Penitenciaria, señaló que la misión de la Iglesia en estos espacios es promover la fe y el desarrollo humano integral. “No se puede decir que se ama a Dios si se pisotea la dignidad de otra persona”, afirmó, instando a las comunidades a empoderarse y proponer soluciones.
Por su parte, el rector de la UCNE, padre Isaac García de la Cruz, sostuvo que quienes cumplen condenas “siguen siendo personas humanas, portadoras de sueños rotos pero también de posibilidades redimidas”, y abogó por un sistema penitenciario que “libere esperanzas”.
Panelistas y aportes clave
La actividad contó con panelistas que compartieron experiencias desde sus áreas de acción. La jueza de Ejecución de la Pena, Bárbara Irene Rodríguez, destacó que la rehabilitación es tarea colectiva. “No se puede hablar de reinserción si la sociedad no cree en el cambio”, advirtió.
El asesor del Ministerio de Educación, Rafael Amador Figaris, enfatizó que la educación es clave para transformar vidas y construir segundas oportunidades. Basado en su experiencia profesional y personal, resaltó que la voluntad, las oportunidades y el acompañamiento institucional son esenciales.
La educadora Carmen Rosario, directora del centro educativo del penal de La Victoria y coordinadora nacional de tratamiento penitenciario de la Pastoral, subrayó que muchos internos, a través de la educación, no solo aprenden a leer y escribir, sino que descubren un propósito de vida.
El magistrado Claudio Aníbal Medrano, coordinador del Departamento Judicial de San Francisco de Macorís, expuso el tema “Dignidad humana sin fronteras”, y recordó que toda persona, aun detenida, posee una dignidad inviolable que las autoridades están obligadas a respetar.
Un diálogo interinstitucional
Este IV conversatorio forma parte de una serie de encuentros organizados por diversas instituciones, entre ellas el Instituto de Formación San Pedro Nolasco, la Capellanía General de Prisiones, el Patronato Nacional Penitenciario, el Observatorio Penitenciario, y el Centro de Estudios Nuestra Señora de las Mercedes.
Las ediciones anteriores se realizaron en la Casa San Pablo (Santo Domingo), la Universidad Católica de Barahona (UCATEBA), y la Universidad Católica del Este (UCADE), sumando voces en favor de un sistema penitenciario más justo, humano y transformador.