A tan solo cincuenta años de su nacimiento el Diodo Emisor de Luz, mejor conocido como LED (Light Emitting Diode), ha gestado una verdadera revolución de bajo consumo transformando la forma en que producimos y usamos la luz. Conceptualizado a mediados de 1920 no fue sino hasta avanzados los años 50 que el LED vio la luz, sin mucha ceremonia, en un laboratorio de investigación en los Estados Unidos. En aquel entonces muchas innovaciones tecnológicas estaban sucediendo a raíz de la Segunda Guerra Mundial y la más notable de estas fue el transistor, famoso primo del LED.
Los primeros LEDs solo emitían luz infrarroja, no iluminaban pero eran indispensables para el funcionamiento del control remoto. El primer color de LED visible fue el rojo, seguido por el naranja, el amarillo y el verde. Los primeros LEDs encontraron numerosos usos como indicadores en todo tipo de equipos electrónicos por ejemplo los dígitos de un reloj despertador sin embargo carecían de la brillantez necesaria para iluminar. A mediados de los años 90 fue descubierto en Japón el LED azul y esto propicia dos cosas importantes: combinado con una lentilla amarilla el LED azul produce una luz que parece blanca, perfecta para iluminación general; segundo y más importante aún, cuando tienes LEDs rojos, verdes y azules puedes combinar sus intensidades individualmente y crear una paleta ilimitada de colores.
El hecho de que la iluminación arquitectónica está haciendo uso de esta tecnología ha creado una batalla industrial para mejorar la calidad de los LEDs, involucrando a grandes empresas que distribuirán masivamente luces de LEDs. El reemplazo de billones de bombillos incandescentes por parte de luminarias ultra eficientes como los LEDs jugará un papel determinante en reducir la demanda de energía a nivel mundial. Las preocupaciones por el medio ambiente son otro factor determinante en la carrera para mejorar los LEDs y una razón importante para generalizar su uso en la vida diaria de todos. Otro beneficio del uso de LEDs es su larga vida útil ya que cada uno puede durar hasta 100,000 horas de uso continuo, esto es, alrededor de once años. Otra área donde están rápidamente ganando la batalla es la de la señalización de tráfico, sí, los semáforos inteligentes con conteo de los segundos para el cambio de luz utilizan la tecnología de LEDs. El mínimo mantenimiento requerido por éstos ha motivado al gobierno americano a convertir cada luz de tráfico incandescente a LED. Un programa de conversión similar está teniendo lugar en Europa actualmente. Luce que otros países seguiremos la misma tendencia.
La próxima víctima de la revolución de los LEDs serán las luces de alta presión de sodio y vapor de mercurio que han iluminado nuestras calles desde que tenemos memoria. La revolución en los escenarios artísticos y el mundo de los eventos está bien establecida y se está acelerando debido a que esta industria vive sedienta de innovaciones; en el uso doméstico, civil e industrial de iluminación basada en LEDs, la revolución apenas comienza.
Fíjese bien en restaurantes, tiendas, casas, piscinas, casinos, vallas, interiores, vehículos, semáforos, linternas para acampar… los LEDs nos invaden y han llegado para quedarse!
El autor es diseñador de iluminación, presidente de Prolights, S. A. y fotógrafo.